jueves, septiembre 25, 2008

122. BERKELEY + EL LENGUAJE

"Aparte de todo esto, la comunicación de las ideas indicadas por las palabras no es el único ni el principal de los fines que tiene el len­guaje, como corrientemente se supone. Existen otros fines, como el suscitar una pasión, inducir a un acto determinado o disuadir de él, colocar la mente en una determinada disposición; para los cuales, lo primero, o sea la comunicación, en muchos casos es solamente auxi­liar, y a veces se prescinde de ella por completo si puede lograrse sin ella, como ocurre con frecuencia en el uso familiar del lenguaje.

Invito al lector a que reflexione sobre sí mismo y observará que, muchas veces, al oír o leer algún discurso, se despiertan en su mente los sentimientos de temor, amor, odio, admiración, desprecio, y otros semejantes, a la simple percepción de ciertas palabras y sin que sur­jan entre ellas ideas.

Al principio, indudablemente, las palabras han podido ocasionar ideas aptas para descubrir tales emociones, pero, si no me engaño, fá­cil es descubrir, cuando el lenguaje se ha hecho familiar, que la audi­ción de los sonidos o la visión de los caracteres va inmediatamente seguida, por lo general, de aquellas pasiones, prescindiendo de toda idea originaria, en tanto que al principio tuvieron que ser producidas con la intervención de ideas.
No se puede negar que las palabras son de una utilidad muy apreciable; mediante ellas, en efecto, todos podemos tener a la mano y hacer nuestros los conocimientos que se han adquirido a través de las edades y en todos los países por las investigaciones más infatigables.

Pero al mismo tiempo hay que reconocer que muchísimos de esos co­nocimientos han quedado embrollados y oscurecidos por el abuso de las palabras y por la forma en que se ha querido darlos a entender.
Así, pues, ya que las palabras pueden tan fácilmente inducir a error al entendimiento, siempre que yo hable de las ideas trataré de considerar­las pura y simplemente alejando de mi pensamiento cuanto me sea posi­ble aquellos nombres que un uso constante ha hecho ir unidos a ellas. "
BERKELEY: PRINCIPIOS DEL CONOCIMIENTO HUMANO

121. LA FILOSOFIA + MAS ALLA DEL SENTIDO COMUN

"La Filosofía no es otra cosa que el cultivo de la sabiduría y la búsqueda o investigación de la verdad. Parece, pues, razonable suponer que aque­llos que le han consagrado su tiempo y sus esfuerzos han de tener un es­píritu más apto y despierto en orden a la elucubración con un conoci­miento más claro y evidente, por hallarse más desembarazados que los profanos de las dificultades y dudas que en alguna manera puedan os­curecer la verdad.

Y, a pesar de ello, vemos que la gran masa de iletrados que forman el vulgo, el incontable número de los que desarrollan su vida mental den­tro de los senderos trillados del sentido común y se gobiernan por los dictados instintivos de la naturaleza, gozan en su mayoría de una sereni­dad y fijeza imperturbables en lo que a sus conocimientos se refiere. Para ellos, todo lo que les es familiar resulta perfectamente explicable y nada difícil de comprender. No les aqueja falta alguna de evidencia en sus sentidos y están por completo a salvo de llegar a ser escépticos.

Mas en cuanto tratamos de elevarnos por encima de los sentidos y del instinto para seguir la luz de principios superiores, para poder razonar y reflexionar sobre la naturaleza de los seres, nos asaltan innúmeras difi­cultades, precisamente sobre cosas que antes creíamos haber compren­dido perfectamente. A cada paso, por sí mismos, se delatan los prejui­cios y errores del sentido; y al pretender corregirlos mediante la razón, insensiblemente caemos en burdas y extrañas paradojas, dificultades y falacias, que, multiplicándose, nos abruman a medida que avanzamos en el camino de nuestras especulaciones, hasta que por fin, después de haber vagado errantes por entre mil intrincados laberintos, venimos a encontrarnos en el mismo punto de partida; o, lo que es todavía peor, es­tacionados en un peligroso y despechado escepticismo.
(...)
Mi propósito, por lo tanto, será tratar de descubrir las raíces y el ori­gen de tantas dudas o incertidumbres, absurdos y contradicciones como vemos en el campo de la filosofía y en sus diversos sistemas, tan incon­sistentes todos que los hombres más sabios han llegado a decir que es irremediable nuestra ignorancia, juzgando que ésta procede de la limi­tación y torpeza de nuestras facultades.

Y, ciertamente, bien vale la pena que nos esforcemos en investigar con la más esmerada atención los primeros principios del conocimiento humano, que los examinemos y analicemos bajo todos sus aspectos, en­tre otras razones por haber cierto fundamento para pensar que las difi­cultades y obstáculos que halla la mente en su búsqueda de la verdad no provienen de oscuridad o complejidad en las cosas mismas que inves­tiga, ni de la natural debilidad y limitación de las facultades cognosciti­vas, sino más bien de haber tomado como seguros puntos de partida ciertos principios falsos que debieran haberse desterrado.

Tarea es ésta en verdad difícil y desalentadora, si se tiene en cuenta que, antes que yo, muchísimos hombres de extraordinario talento han tenido el mismo propósito y sin resultado alguno. Me da, sin embargo, cierta esperanza el pensar que una visión de largo alcance no es siempre la más clara; mientras que los ojos forzados a mirar siempre de cerca pueden quizá mediante un examen minucioso descubrir detalles que hayan escapado a la observación de una vista mejor."

BERKELEY (1710): PRINCIPIOS DEL CONOCIMIENTO HUMANO. INTRODUCCION

lunes, septiembre 22, 2008

120. EL PROBLEMA DEL TRABAJO + DEBATE FILOSOFICO



La cuestión humana (La question humaine)Francia, 2007, 143’. Director: Nicolas Klotz. Con: Mathieu Amalric, Laetitia Spigarelli y Michael Lonsdale.

Son muchas las cuestiones que quedan flotando después de ver la película francesa (2007) LA CUESTION HUMANA. En realidad no se trata de una historia lineal, simple, que suite un eslabón más a las película vinculadas con el mundo del trabajo como fueron: RECURSOS HUMANOS, EL EMPLEO DEL TIEMPO, LA CORPORACION y EL METODO, y la histórica TIEMPOS MODERNOS.
Es mucho más: SIMON es un psicólogo institucional especializado en Recursos Humanos que se dedica a la selección del personal y a los proceso de re-estructuración de las empresas con dificultades financieras (eufemismo cuya traducción remite a : expulsión de los obreros y empleados que ya no le sirven a la empresa, especialmente aquellos que le provocan problemas y pérdidas). Es un profesional notable por su rendimiento y su capacidad. Sereno, frío, calculador, solitario, sin vínculos afectivos estables, sin familia parece dispuesto a todo. Lo recuerdan especialmente por sus entrenamiento “al límite” con los altos ejecutivos para forzarlos al rendimiento en situaciones extremas… y por su capacidad de expulsar y dar de baja a los alcohólicos y drogodependientes con la aceptación del sindicato.
De pronto, la vida de Simón se ve sacudida por un pedido que lo pone en medio de varios juegos. Un alto ejecutivo de la empresa alemana de productos químicos que tiene una filial importante en Francia, le solicita que observe y evalúe al CEO de la empresa, a su ejecutivo estrella, a quien dirige la filial, al que ha sido responsable de pilotear la crisis, reducir el personal y superar – con éxito – una situación muy difícil.
En la búsqueda del presente y del pasado de ese hombre extraño, silencioso, de pocas palabras, amante de la música, con una vida familiar cruzada por la muerte del hijo, comienza a descubrir demasiadas cosas que terminan por desequilibrarlo psicológica y físicamente: olvidos, lagunas, enojos, violencia, desmayo, desganas, ausencia.
Y allí la película nos regala lo impensado: (1) el juego de las acusaciones cruzadas, (2) la imposibilidad de armonizar “la cuestión humana” con la ganancia de la empresa, la atención de las personas con las necesidades de las personas, (3) el sentido, el valor, la importancia de las palabras que se vuelven biselares: "La lengua es un poderoso medio de propaganda, el más público y el más secreto: se filtra en la carne y la sangre de las personas ; (3) el pasado no ha desaparecido: los dos ejecutivos que se cruzan celándose y controlándose provienen indirectamente del pasado nazi con el que guardan curiosas relaciones que – de modos diversos – alguien obliga a recordar: (4) la analogía entre el exterminio nazi con respecto a los Judíos con los detalles técnicos de su ejecución para lograr con el menor costo la mayor cantidad de ejecuciones… con el “exterminio” neoliberal y globalizado que excluye, mata, se saca del medio a quienes pueden no servir ya al sistema o – aunque valiosos – simplemente sobran en un mundo que amenaza con ser mas pobre y sólo para exclusivos; (5) esa soledad que atraviesa a todos los personajes que parecen envueltos en sí mismo, imposibilitados de establecer puentes hacia los otros (especialmente Simón): (6) un particular lenguaje fílmico: lento, oscuro, con imágenes que se dibujan en la sombras y que obligan al espectador a forzar la vista para poder “ver” lo que no se puede ver, con imágenes, sonidos, rostros, voces que se insinúan detrás de columnas, rostros, miradas oblicuas.
ES una película para pensarla mucho y para debatirla toda: hay una escena que particularmente sobresale: cuando SIMON lee la carta en la que se acusa al Padre del Ejecutivo investigado de haber sido un técnico de la Ejecución de los Judío (ese cálculo técnico nos hace pensar en la película La Conspiración, que trata la reunión histórica en la que se debate la “solución final”) y su “lectura interior” de los criterios que como técnico en recursos humanos debe aplicar para exterminar a los que no sirve en la empresa a la que sirve.
No es extraño que un periódico haya iniciado su comentario con estas preguntas: Cómo definir la compleja materia de La cuestión humana si abarca muchísimo más que la descripción rigurosa, fría y cautivante de los mecanismos y los comportamientos que rigen una gran empresa contemporánea como la que es escenario central de la acción? ¿Cómo ceñirla a las peculiaridades de un género cinematográfico si el registro puede ser realista, casi documental o deliberadamente estilizado? ¿Cómo ignorar lo fantástico y su efecto iluminador e inquietante cuando con él los espectros de la historia regresan y se espejan en inequívocas escenas de hoy? ¿Cómo no advertir que por debajo de la intriga y la tensión del thriller psicológico-policial se hace visible la intención de releer el sentido de las acciones del presente a la luz de ciertas claves históricas? ¿Y cómo permanecer indiferente al lúcido estudio del lenguaje como potente arma ideológica que el film aborda frontalmente cuando detecta el perturbador paralelo que se dibuja entre los procedimientos del fascismo y los del liberalismo más exacerbado?

sábado, septiembre 13, 2008

119. BERKELEY Y TODAS SUS LECTURAS


1. BERKELEY Y MATRIX: Numerosos autores han visto en la serie MATRIX una relación directa con el concepto de DIOS de BERKELEY. ;as allá de otras dependencias (Platón, Descartes, Malebranche), en este caso la MATRIZ es la suma de todos los pensamientos, la productora de la realidad, la que con su percepción absoluta y virtual hace posible cualquier tipo de realidad, de la misma manera que DIOS termina siendo para BERKELEY el sostén ontológico fundamental que pone la percepción fundante y permanente para que todo lo real (“Esse est percipi”) tenga entidad y no caiga desarmado con el retiro de cada sujeto que percibe. El Dios de BERKELEY como la MATRIZ representan un PANOPTICO ONTOLOGICO que no se ocupa tanto de vigilar como de dar ser a todo lo real. En el caso de la película THE TRUMAN SHOW hay un DIOS ( Cristov que habita un panóptico omnipopresente también a traves de las miradas oblicuas de las 5000 cámaras) que le da vida a TRUMAN: el personaje es lo que el director decide que sea. Si lo enfocan, si la cámara lo toma, ES; en caso contrario deja de serlo. De hecho, cuando decide la fuga entiende que debe burlar al PERCIPI universal, esconderse... pero para CRISTOV y los espectadores, TRUMAN deja de ser.

2. BERKELEY Y LA REALIDAD VIRTUAL: el sostén de la realidad virtual es el sujeto que percibe, quien constituye la virtualidad. Los mecanismos del mundo virtual dependen de sus operadores y de esos mecanismos dependen los productos virtuales. Si cerramos la “percepción” anulamos la realidad que hemos creado. Las cosas son mientras están conectadas, mientras son objeto de operación por parte de algún sujeto.

3. BERKELEY Y LA POSTMODERNIDAD: “SER ES ES SER PERCIBIDO”: El carácter efímero del mundo que nos rodea, las relaciones fugaces y funcionales le quitan valor a las cosas y a la personas que se convierten rápidamente en invisible. Ser invisible, no percibido es lo mismo que no ser. Por eso, la única manera de que las cosas, los hechos, las personas sean es que sean objeto de alguna percepción. Ser noticia, suceso, atracción: que todos los ojos y todos los oídos – reales y virtuales – nos miren, nos otorguen identidad, nos perciban, nos otorguen una cuota de ser.

4. BERKELEY Y LA TELEVISION COMO CONSTRUCCION DE LO REAL: el mundo que nos rodea es demasiado complejo, multiforme, sobrecargado de informaciones y datos, la única manera de otorgarle cierta inteligibilidad es que haya un instrumento que opere de ordenador, de gran perceptor, que opere la selección y que nos transmita o los sirva lo percibido (lo que efectivamente existe) en nuestra mesa. Allí están los medios de comunicación, especialmente la TELEVISION como el perceptor universal que le presta entidad a los aspectos de la realidad que – a su juicio – merecen ser percibido, merecen ser.

5. BERKELEY Y LOS VIDEO JUEGOS: la existencia efectiva de los personajes y las acciones de los videos juegos dependen del jugador que le presta entidad con su encendido o conexión y que le niega presencia con la desconexión o el apagado. Cuando el jugador/usuario deja de jugar todo queda suspendido a la espera de su regreso. Como en BERKELEY en mundo virtual del video juego depende de la intervención del sujeto y tiene una existencia efímera, ya que ontológicamente es dependiente del usuario (y aquí no hay un Dios que puede cumplir un rol supletorio, porque cada uno construye su mundo)

6. BERKELEY Y BORGES: fue uno de los filósofos preferidos de Borges que testimonió su admiración a través de varias de sus creaciones literarias. Entre ellas, la mas llamativa es RUINA CIRCULARES. Si algún filósofo llamó la atención de Borges, no fue otro que Berkeley, quien realiza la crítica a la concepción de la mente como espejo de la naturaleza, cuando advierte que ser es ser percibido, cuando reivindica el protagonismo del observador. Borges hará otro tanto con el lector. No existe un significado del libro al margen de sus lecturas. El paralelismo entre el observador (Berkeley) y el lector (Borges) resulta indiscutible. No faltan las diferencias, sin embargo. La de Berkeley sería una filosofía pre-lingüística, cuando no reconoce los sesgos, los compromisos adquiridos a través del lenguaje. Para Borges, en cambio: "Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten" . Borges comparte con el idealismo la concepción de mundo como mundo construido por nosotros, pero la trasciende como también. No sólo el lector es el creador de los textos, que desaperecen sin su presencia, sino que el autor es quien crea los mundos que sólo se sostienen por su versión, por su puesta en acto, por su mirada, por su presencia. Sin autor (sin BORGES) no hay relato, y sin relato no hay mundo verosímil. Las referencias al nominalismo y al conocimiento obsesivo de las cosas individuales es también una herencia de la filosofía inglesa y de Berkeley.

jueves, septiembre 11, 2008

118. ABELARDO ESCRIBE A ELOISA


“No me escribas mas, Eloisa, no me escribas mas; que ya es tiempo de poner fin a una correspondencia que hace infructuosas nuestras mortificaciones. No nos alucinemos: mientras nos lisonjee la idea de nuestros placeres pasados nuestra vida será tormentosa, y no gustaremos de las dulzuras de la soledad. Principiemos a hacer buen uso de nuestras austeridades, y no conservemos memorias criminosas entre los rigores de la penitencia. Suceda a nuestro descarrío la mortificación de cuerpo y espíritu, un ayuno exacto, una soledad continua y sin intermisión, meditaciones profundas y santas, y un amor perpetuo y entrañable hacia nuestro Dios justo y misericordioso. Procuremos llevar la perfección religiosa a un punto a que no pueda llegarse sin dificultad: que es bien haya en el cristianismo algunas almas tan desprendidas de la tierra, de las criaturas, y de sí mismas, que parezcan independientes del cuerpo en que habitan, y le traten como a su esclavo.
Además que nunca puede elevarse con exceso, por muchos esfuerzos que haga, quien no intenta ascender hasta el creador, a fin de aproximarse a la divinidad, a que nuestros ojos no pueden acercarse sin infinita distancia. Obremos por Dios separados de sus criaturas y de nosotros mismos: no hagamos cuenta de nuestros deseos, ni de opiniones ajenas.
Si, nos hallásemos en este estado, yo iria, Eloisa, con sumo gusto a habitar el PARACLETO (convento); en él mis cuidados eficaces en favor de una comunidad que casi he fundado, la atraerían mil singulares beneficios: la instruiría con mis palabras, y la animaría con mi ejemplo: dirigiría o mas bien celaría el método de vida de tus hermanas: os haría orar, meditar, trabajar y callar; y yo mismo oraría, meditaría, trabajaría y guardaría silencio: algunas veces hablaría, pero para levantaros de vuestras caídas, para confortar vuestra flaqueza, para disipar vuestras tinieblas, y alumbraros en la oscuridad que llegará muchas veces a confundiros: os consolaría en ciertas ceguedades muy conocidas de las personas virtuosas y distinguidas por su fervor y su celo: reprimiría también la vivacidad del vuestro y de vuestra piedad, y pondría en vuestra austeridad un prudente medio; os enseñaría los deberes a que estáis sometidas, y aclararía las dudas que ocurriesen a vuestra débil razón; sería vuestro maestro y vuestro padre; y con prudente circunspección me manifestaría activo o pausado; blando o severo, según el diferente genio de las hermanas que intentase conducir por el rígido camino de la perfección cristiana.
¿Pero adónde me arrastra mi imaginación? ¡Ah, que distantes estamos, amada Eloisa, de esta situación bienaventurada!. Tu corazón da todavía pábulo a la funesta hoguera que no puedes apagar, y yo no abrigo en el mio sino inquietud y zozobra: no creas, Eloisa, que disfruto una paz profunda: preciso es que por última vez te descubra la situación de mi pecho: aún no estoy desprendido de ti; lucho en vano con sensaciones tiernas y gratas en demasía; y, a pesar de mis esfuerzos, mi ternura me hace sensible a tus pesadumbres, y partícipes de ellas: tus cartas (confiésolo) han causado una impresión vivísima en mi pecho: no he podido leer con indiferencia letras formadas por mano tan querida. Suspiro, lloro, y apenas tengo reflexión para ocultar a mis discípulos mi flaqueza. Si, desgraciada Eloisa, este es el estado en que se encuentra el infeliz Abelardo. El mundo, que comúnmente se engaña en sus juicios, me cree sosegado; y como si no hubiera amado en ti sino la satisfacción de mis sentidos, piensan que te he olvidado. ¡Qué grosero error! Sin duda creo se imaginaron las gentes cuando nos separamos que el dolor y vergüenza de verme cruelmente maltratado me hacían abandonar el siglo; como si mi amor, ingenioso en buscar contentamiento, no fuera capaz de inventar mil placeres tan sensibles como el que me privó Fulberto. Tú sabes que fue el justo arrepentimiento de haber ofendido a nuestro Dios la causa de retirarme.

Miré aquel fatal acontecimiento como una disposición secreta del cielo que castigaba nuestros pecados, y a tu riguroso tío como ministro de las venganzas del Señor. La gracia sola me condujo a un asilo, donde hoy permanecería si mis contrarios me hubieran dejado; y he sufrido con paciencia sus persecuciones, conociendo era el mismo Dios quien las promovía para mi purificación. Cuando me ha visto sumiso a sus decretos, me ha permitido justificar mi doctrina; he hecho pública su pureza, y demostrado por último que no solamente es católica y ortodoxa mi fe, sino que aun está exenta de la mas minima novedad. ¡Cuán dichoso fuera yo si no tuviera que temer sino a mis enemigos, ni otro obstáculo a mi salud que sus calumnias! Pero tú, Eloisa, me haces temblar: tus cartas me manifiestan estar siempre sujeta a una fatal pasión; y si no triunfas de ella, bien puedes perder la esperanza de tu eterna salvación; ¿y yo qué partido quieres que tome? ¿quieres que, rebelde al Espiritu Santo, ahogue sus inspiraciones, y vaya por complacerte a enjugar lágrimas que el demonio te hace verter? ¿será fruto de mis meditaciones tan indigno desman? ¡Ah! seamos mas firmes en nuestras resoluciones: no permanezcamos en la soledad sino para llorar nuestros pecados y ganar en ella la bienaventuranza. Principiemos a entregarnos a Dios de todo corazón.

Bien sé que todos los principios son ásperos y difíciles; pero solo el emprender una acción heroica es glorioso, y esta gloria crece a medida de los grandes obstáculos que se superan: por eso debemos arrostrar con valor las dificultades que encontremos al abrazar la vida cristiana: en los monasterios es donde prácticamente se prueban los hombres como el oro en el crisol: nadie puede permanecer en ellos por mucho tiempo sino lleva dignamente el yugo de la penitencia.

Por perfectos que seamos, nunca faltan tentaciones, y aun hay algunas provechosas. No debe causar maravilla que el hombre no pueda eximirse de caer en ellas, pues que lleva en si mismo el germen que las produce, que es la concupiscencia. Apenas nos vemos libres de una tentación cuando otra la sucede: tal es la suerte de la descendencia del primer hombre, que siempre tendrá que sufrir, pues perdió su felicidad primitiva; y ni aun puede lisonjearse de que vencerá la tentación huyendo, porque si no unimos a la fuga la paciencia y la humildad, nos atormentaremos inútilmente; y con mas seguridad se consigue este fin implorando los auxilios de la misericordia divina, que con las armas que nos suministra nuestra flaca naturaleza.

Sé constante, Eloisa: pon tu confianza en Dios, y tendras pocas tentaciones que combatir ; y cuando quieran acometerte, ahógalas en sus principios, no las dejes tomar incremento ni posesionarse de tu corazón. Pon remedio al mal cuando comienza - dijo un antiguo – porque si lo dejas crecer no podrás atajarle. En efecto, toda tentación llega por grados: es un simple pensamiento en su origen, que no nos parece peligroso: la imaginación le recibe sin precaución ni resistencia; de él se forma un deleite que nos adula, nos saboreamos, y por último consentimos.

No dudo que pienses seriamente en tu salvación. Este es el único cuidado digno de ocupar tu corazón: arranca de él a Abelardo para siempre; y ve ahí el mejor consejo que puedo darte, porque la memoria de una persona a quin se ha querido criminalmente no puede dejar de ser dañosa por muy adelante que se vaya en el verdadero camino de la eterna salud. Cuando hayas destruido la funesta pasión que me tienes, te será muy fácil la práctica de las virtudes convenientes a tu estado. Tu alma dejará con alegría el miserable cuerpo en que está encerrada, y dará un vuelo rápido hacia la región de la bienaventuranza.

Entonces te presentaras confiadamente al Señor, y no verás la sentencia de tu reprobación sobre el libro de la vida: antes te dirá el salvador: Ven, Hija Mía, ven a tomar parte de mi gloria y a gozar de la eterna recompensa destinada a las virtudes que has practicado.

A Dios, Eloisa, estos son los últimos consejos de tu amado Abelardo: ¡y que no pueda yo por la última vez infundirte las máximas más santas del evangelio! Haga el cielo que tu corazón, tan sensible otras veces a mi corazón, se deje en ésta guiar por mi celo: que la imagen de Abelardo, amoroso siempre en tu espiritu, tome en lo sucesivo la forma de Abelardo penitente; y Dios quiera derrames tantas lagrimas por tu salvación como te han costado las desgracias de Abelardo”

martes, septiembre 09, 2008

117. LA NECESIDAD DE UN CONTRATO SOCIAL


En tiempos en que la violencia se sale de cauce y se convierte en patrimonio de quienes libre, naturalmente quieren ejercerla, es bueno regresar a estos conceptos fundacionales de los "pactos sociales", porque me permiten darle sentido a la vida en sociedad como un acuerdo - tácito o implícito - que todos debemos signar. Uno tiene la impresión de que quienes ejercen una violencia naturalmente irracional observan nuestros argumentos diciendo: "a nosotros nadie nos hablkó de pactos... y nunca lo firmamos, porque de firmarlo hubiéramos puestos nuestras condiciones".


“En su consecuencia, siempre que cierto número de hombres se unen en sociedad renunciando cada uno de ellos al poder de ejecutar la ley natural, cediéndolo a la comunidad, entonces y sólo entonces se constituye una sociedad política o civil. Este hecho se produce siempre que cierto número de hombres que vivían en el estado de naturaleza se asocian para formar un pueblo, un cuerpo político, sometido a un gobierno supremo, o cuando alguien se adhiere y se incorpora a cualquier gobierno ya constituido. Por ese hecho autoriza a la sociedad o, lo que es lo mismo, a su poder legislativo, para hacer las leyes en su nombre según convenga al bien público o de la sociedad, y para ejecutarlas siempre que se requiera su propia asistencia (como si se tratase de decisiones propias suyas). Eso es lo que saca al hombre de un estado de naturaleza y lo coloca dentro de una sociedad civil, es decir, el hecho de establecer en este mundo un juez con autoridad para decidir todas las disputas, y reparar todos los daños que pueda sufrir un miembro cualquiera de la misma. Ese juez es el poder legislativo, o lo son los magistrados que él señale. Siempre que encontremos a cierto número de hombres, asociados entre, pero sin disponer de ese poder decisivo a quien apelar, podemos decir que siguen en estado de naturaleza.”

“Y para impedir que tos hombres atropellen los derechos de los demás, que se dañen recíprocamente, y para que sea observada la ley de la Naturaleza, que busca la paz y la conservación de todo el género humano, ha sido puesta en manos de todos los hombres, dentro de ese estado, la ejecución de la ley natural; por eso tiene cualquiera el derecho de castigar a los transgresores de esa ley con un castigo que impida su violación. Sería vana la ley natural, como todas las leyes que se relacionan con los hombres en este mundo, si en el estado natural no hubiese nadie con poder para hacerla ejecutar, defendiendo de ese modo a los inocentes y poniendo un obstáculo a los culpables, y si un hombre puede, en el estado de Naturaleza, castigar a otro por cualquier daño que haya hecho, todos los hombres tendrán este mismo derecho, por ser aquel un estado de igualdad perfecta, en el que ninguno tiene superioridad o jurisdicción sobre otro, y todos deben tener derecho a hacer lo que uno cualquiera puede hacer para imponer el cumplimiento de dicha ley.”

(LOCKE: SEGUNDO TRATADO SOBRE EL GOBIERNO CIVIL. 1690)

martes, septiembre 02, 2008

116. INTERSUBJETIVIDAD, CUERPO, INTERIOR


Todos estamos, de alguna manera, dentro de una escafandra, ahogándonos en el interior, sin poder comunicarnos, con una sobrecarga de palabras y mensajes que nos atraviesan pero que no podemos pronunciar. Por las mirillas sólo se ven nuestros ojos que se mueven buscando, buscando, emitiendo señales, tratando de decirles a todos que estamos vivos, que queremos hablar, decir cosas… pero para eso es necesario que estén cerca nuestros, con posibilidad y capacidad de de-codificar los mensajes… Allí estamos, una parte de la vida o toda la vida. Y cuando más dentro de la escafandra nos sentimos, cuando nuestro interior se siente más aprisionado… la imaginación nos convierte en mariposa, y volamos queriendo bebernos de golpe toda la libertad. Toda.

Cuando las primeras escenas de la película nos muestra a la cámara que observa como si fueran los ojos de Jean Dominique, el hombre que han sufrido una parálisis general, vamos lentamente descubriendo que lo que suponemos un control médico se convierte en una tortura: entendemos todos, escuchamos todos, pero no podemos hablar, no podemos pronunciar palabras, estamos absolutamente paralizados… y a partir de allí se des-envuelve toda la historia y todas las historias de la película.


LA ESCAFANDRA Y LA MARIPOSA: Dirección: Julian Schnabel.País: Francia.Año: 2007.Duración: 112 min. Interpretación: Mathieu Amalric (Jean-Dominique Bauby), Emmanuelle Seigner (Céline Desmoulin), Marie-Josée Croze (Henriette Durand), Anne Consigny (Claude), Patrick Chesnais (doctor Lepage), Niels Arestrup (Roussin), Olatz Lopez Garmendia (Marie Lopez), Jean-Pierre Cassel (Lucien), Marina Hands (Joséphine), Max Von Sydow (Papinou), Isaach de Bankolé (Laurent), Emma de Caunes (Eugenia). Guión: Ronald Harwood; basado en el libro "La escafandra y la mariposa" de Jean-Dominique Bauby.Producción: Kathleen Kennedy y Jon Kilik. Música: Paul Cantelon. Fotografía: Janusz Kaminski.Montaje: Juliette Welfing.


Hasta 1995, Jean-Dominique Bauby era un importante periodista que llevaba una vida normal y se desempeñaba como redactor jefe de la revista francesa Elle. Nada hacia preveer que, ese año, el hombre de 43 años sufriría una embolia masiva que lo dejó en coma. Veinte días después de ese episodio, Bauby salió del estado en el que se encontraba pero el cuadro detectado fue drmático: “síndrome de cautiverio”,. Había quedado paralizado de forma total, sin poder moverse, ni comer, ni hablar ni respirar sin asistencia. Sólo podía comunicarse a través del parpadeo de su ojo izquierdo y tuvo que resignarse a utilizar su imaginación y su memoria para no quedar atrapado para siempre en su propio cuerpo.


Para lograr que Bauby pudiera finalmente expresarse con su ojo, lo sometieron a una capacitación en un hospital de Berk-Sur-Mer, donde le enseñaron un código basado en las letras más comunes del alfabeto. Ése fue el método utilizado por él para dictar un libro que había prometido escribir (aunque no con ese título ni con ese contenido): La escafandra y la mariposa, una novela que no pudo disfrutar su autor debido a que la muerte lo sorprendió el 9 de marzo de 1997, tres días antes de que se distribuyera el libro. La película – impecable y muy creativa – está Inspirada en la novela homónima.
Toda la historia de la película muestra su limitado “regreso a la vida” en un hospital naval de Berk-Sur-Mer, le enseñan un código usando las letras más comunes del alfabeto utilizando el parpadeo de su ojo izquierdo. Mediante este parpadeo es capaz de deletrear letra a letra concienzudas palabras, frases y párrafos. Mediante este método es capaz de dictar una profunda aventura dentro del psique humano. Este método es capaz de abrir la prisión que resulta su cuerpo (la escafandra) permitiéndole planear sin límites el reino de la libertad (la mariposa). Hay algunos mínimos retazos del tiempo pasado que se suman a las fotografias que tapizan su habitación para acompañar su recuerdo: el día del accidente, el auto nuevo, la separación de su mujer, su vida en la revista, la paradisíaca vida con su nueva mujer (que se resiste a visitarlo y a verlo en semejante estado y prefiere recordarlo con vida), la relación con su padre (con quien tiene un diálogo extraordinario acerca de ese estar atrapado en algún lugar: en el cuerpo, en las habitaciones o en la vida).

Entre las muchas escenas curiosas que se puede observar, la relación inter-subjetiva que se establece está atravesada por una insalvable asimetría: Bauby es visto como un “vegetal”, como un cuerpo humano sin reacciones, porque ese ojo que se mueve en medio de un rostro deforme y un cuerpo inservible parece no existir, no ser. Cuando las bellas enfermeras y terapistas se asoman para anunciarles los diversos tratamiento no llegan a “verlo” como sujeto… pero para él, para ese interior intacto que piensa e imagina, siguen teniendo el mismo atractivo, el mismo encanto que han tenido las mujeres de su vida. Ese yo interior que discurre sin poder comunicarse es nuestro yo en miles de momentos de nuestra vida: tarde o temprano podemos expresarnos, hablar… aquí en cambio, solamente el ojo izquierdo podrá trabajosamente dar a conocer - traducidos en palabras – sus pensamientos.