sábado, septiembre 13, 2008

119. BERKELEY Y TODAS SUS LECTURAS


1. BERKELEY Y MATRIX: Numerosos autores han visto en la serie MATRIX una relación directa con el concepto de DIOS de BERKELEY. ;as allá de otras dependencias (Platón, Descartes, Malebranche), en este caso la MATRIZ es la suma de todos los pensamientos, la productora de la realidad, la que con su percepción absoluta y virtual hace posible cualquier tipo de realidad, de la misma manera que DIOS termina siendo para BERKELEY el sostén ontológico fundamental que pone la percepción fundante y permanente para que todo lo real (“Esse est percipi”) tenga entidad y no caiga desarmado con el retiro de cada sujeto que percibe. El Dios de BERKELEY como la MATRIZ representan un PANOPTICO ONTOLOGICO que no se ocupa tanto de vigilar como de dar ser a todo lo real. En el caso de la película THE TRUMAN SHOW hay un DIOS ( Cristov que habita un panóptico omnipopresente también a traves de las miradas oblicuas de las 5000 cámaras) que le da vida a TRUMAN: el personaje es lo que el director decide que sea. Si lo enfocan, si la cámara lo toma, ES; en caso contrario deja de serlo. De hecho, cuando decide la fuga entiende que debe burlar al PERCIPI universal, esconderse... pero para CRISTOV y los espectadores, TRUMAN deja de ser.

2. BERKELEY Y LA REALIDAD VIRTUAL: el sostén de la realidad virtual es el sujeto que percibe, quien constituye la virtualidad. Los mecanismos del mundo virtual dependen de sus operadores y de esos mecanismos dependen los productos virtuales. Si cerramos la “percepción” anulamos la realidad que hemos creado. Las cosas son mientras están conectadas, mientras son objeto de operación por parte de algún sujeto.

3. BERKELEY Y LA POSTMODERNIDAD: “SER ES ES SER PERCIBIDO”: El carácter efímero del mundo que nos rodea, las relaciones fugaces y funcionales le quitan valor a las cosas y a la personas que se convierten rápidamente en invisible. Ser invisible, no percibido es lo mismo que no ser. Por eso, la única manera de que las cosas, los hechos, las personas sean es que sean objeto de alguna percepción. Ser noticia, suceso, atracción: que todos los ojos y todos los oídos – reales y virtuales – nos miren, nos otorguen identidad, nos perciban, nos otorguen una cuota de ser.

4. BERKELEY Y LA TELEVISION COMO CONSTRUCCION DE LO REAL: el mundo que nos rodea es demasiado complejo, multiforme, sobrecargado de informaciones y datos, la única manera de otorgarle cierta inteligibilidad es que haya un instrumento que opere de ordenador, de gran perceptor, que opere la selección y que nos transmita o los sirva lo percibido (lo que efectivamente existe) en nuestra mesa. Allí están los medios de comunicación, especialmente la TELEVISION como el perceptor universal que le presta entidad a los aspectos de la realidad que – a su juicio – merecen ser percibido, merecen ser.

5. BERKELEY Y LOS VIDEO JUEGOS: la existencia efectiva de los personajes y las acciones de los videos juegos dependen del jugador que le presta entidad con su encendido o conexión y que le niega presencia con la desconexión o el apagado. Cuando el jugador/usuario deja de jugar todo queda suspendido a la espera de su regreso. Como en BERKELEY en mundo virtual del video juego depende de la intervención del sujeto y tiene una existencia efímera, ya que ontológicamente es dependiente del usuario (y aquí no hay un Dios que puede cumplir un rol supletorio, porque cada uno construye su mundo)

6. BERKELEY Y BORGES: fue uno de los filósofos preferidos de Borges que testimonió su admiración a través de varias de sus creaciones literarias. Entre ellas, la mas llamativa es RUINA CIRCULARES. Si algún filósofo llamó la atención de Borges, no fue otro que Berkeley, quien realiza la crítica a la concepción de la mente como espejo de la naturaleza, cuando advierte que ser es ser percibido, cuando reivindica el protagonismo del observador. Borges hará otro tanto con el lector. No existe un significado del libro al margen de sus lecturas. El paralelismo entre el observador (Berkeley) y el lector (Borges) resulta indiscutible. No faltan las diferencias, sin embargo. La de Berkeley sería una filosofía pre-lingüística, cuando no reconoce los sesgos, los compromisos adquiridos a través del lenguaje. Para Borges, en cambio: "Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten" . Borges comparte con el idealismo la concepción de mundo como mundo construido por nosotros, pero la trasciende como también. No sólo el lector es el creador de los textos, que desaperecen sin su presencia, sino que el autor es quien crea los mundos que sólo se sostienen por su versión, por su puesta en acto, por su mirada, por su presencia. Sin autor (sin BORGES) no hay relato, y sin relato no hay mundo verosímil. Las referencias al nominalismo y al conocimiento obsesivo de las cosas individuales es también una herencia de la filosofía inglesa y de Berkeley.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me da pena pero esto da verguenza no se entiende nadaest es una chafa

JORGE Y ASOCIADOS dijo...

Es importante saber si no se entiende porque no se conoce el pensamiento del filósofo o porque no se comparte su proyección sobre fenómenos de nuestra vida actual. En ambos casos hay mucho para demostrar y argumentar...