lunes, diciembre 24, 2007

049. FENOMENO Y NOUMENO

El misterio de las cosas, ¿en dónde está?
Si apareciese, al menos
para mostrarnos que es misterio,
qué sabe de esto el río, ¿qué sabe el árbol?
Y yo, que no soy más ¿que sé yo?
Siempre que veo las cosas
y pienso en lo que los hombres piensan de ellas,
río con el fresco sonido del río sobre la piedra.

Porque el único sentido oculto de las cosas
es que no tienen ningún sentido oculto.
Es más extraño que todas las extrañezas
y que los sueños de todos los poetas
y los pensamientos de todos los filósofos
que las cosas sean realmente lo que parecen ser
y no haya nada que comprender.

Sí, esto es lo que mis sentidos aprendieron solos:
Las cosas no tienen significación tienen existencia.
Las cosas son el único sentido oculto de las cosas.

FERNANDO PESSOA

048. KANT Y SU VERSION DEL MATRIMONIO

En esta organización de su vida, que formaba un sistema completo y acabado, exactamente dividido y detallado como un libro kantiano; en este orden estereotipado que tenía en todas sus esferas la independencia personal del filósofo, se comprende muy bien que Kant se bastaba a sí propio en el interior de su casa, y que no había de tener inclinación a la vida entre dos. Realmente, el círculo uniforme de su vida no podía tener otro centro que él. He aquí la razón de que permaneciera célibe. El matrimonio no podía penetrar en el orden de su vida. Su amor exclusivo a la independencia le retenía célibe. Además, las inclinaciones que impulsan al matrimonio no fueron tan vivas en él que causaran a su estado célibe grandes privaciones. No había en su vida hueco alguno que el matrimonio pudiera llenar. Y a medida que avanzaba en edad se arraigaban más sus costumbres, y el sistema de vida que había seguido era incompatible con la vida conyugal. Pretenden sus biógrafos que aun en edad bien avanzada estuvo dos veces a punto de casarse; pero que faltó en el momento oportuno; esto prueba que no había tomado en serio la cosa. Estaba conforme con San Pablo sobre el matrimonio: casarse es bueno; no casarse mejor, y hacía además referencia al juicio de una mujer muy inteligente que le había repetido muy a menudo: «Si te va bien, quédate así.» Mas no debe por esto creerse que fuera insensible o contrario a las mujeres, porque no era ni lo uno ni lo otro, antes bien, gustaba en extremo de su trato y dícese que se mostraba con ellas sumamente amable y atento. Eso sí, no habían de ser eruditas, ni debía versar la conversación sobre puntos que traspasaran los límites prescritos en la buena sociedad. Le impresionaban vivamente las gracias y encantos que da a la sociedad la mujer, pero también es verdad que no sintió mucho que le fuera indispensable en su vida íntima esta bella mitad del género humano. Su falta no le causó tampoco enojo alguno. No dejaron de hablarle de ello sus amigos y hasta de aconsejarle; pero siempre permaneció sordo a sus deseos, aunque los recibiera con benevolencia. Aun teniendo sesenta y nueve años, un [380] pastor de Koenisberg le instó a que se casara y hasta le llevó en hora no acostumbrada un escrito que con este objeto había publicado: «Rafael y Tobías, o el diálogo de dos amigos sobre el matrimonio agradable a Dios.» Kant indemnizó a este buen hombre de los gastos que había hecho, y refería frecuentemente de muy buen humor esta edificante conversación.
El matrimonio es una de esas condiciones que sólo pueden ser conocidas practicándolas, y como Kant no se sometió nunca a ese régimen, permaneció oculta para él la dicha y la dulzura que en esta vida común existen. Él lo consideraba como una relación externa de derecho, en la cual los contrayentes no son el uno para el otro más que un medio y no un fin; y lo que es todavía más característico para su manera de considerar esto, hallaba la parte útil del matrimonio en condiciones económicas, es decir, en el concurso que una mujer rica da a la independencia de su marido. Asegurada esta relación económica y la mutua benevolencia, parecíale el matrimonio realmente feliz y racional por la sencilla causa de que estaba fundado en principios sólidos de la razón. Estos matrimonios de razón eran los que frecuentemente aconsejaba a sus amigos jóvenes, y a veces los instaba vivamente, llegando el caso de disgustarse si notaba que la pasión tenía entrada en sus propósitos. No es posible pensar nada más prosaico, vulgar, común, y en el sentir de algunos hombres, más práctico sobre el matrimonio que lo que pensaba Kant, quien carecía por completo de sentido para comprender su parte poética y sentimental. Falta es esta que sólo podemos perdonar al filósofo achacándosela al solterón. En algunos de sus héroes, parece que es la filosofía poco favorable al matrimonio. Descartes y Hobbes, Spinoza y Leibniz, fueron también célibes.

KUNO FISCHER (1896) + LA VIDA DE KANT

miércoles, diciembre 19, 2007

047.NUEVAMENTE BOECIO



















EDICION DE UN EJEMPLAR DE BOECIO DE 1600
La "Consolación de la filosofía" juega con ese tiempo que parece nuestro y sin embargo de algun modo esta definitivamente escrito. Tambien esta tarde calurosa de diciembre, los exámenes que he de tomar, las actividades previstas para estos últimos días en los que Saturno se va devorando el 2007...

martes, diciembre 11, 2007

046. FEYERABEND + UN EJEMPLO

Manuel Limeres. Interventor de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) A nosotros nos corresponde controlar a los laboratorios y sus protocolos de investigación clínica para aprobar medicamentos nuevos o nuevos usos de medicamentos ya aprobados. Ahora, qué hacen los médicos con los procedimientos y los remedios que nosotros aprobamos... no es nuestro trabajo ni está en nuestras manos". Manuel Limeres, accedió a responder las preguntas de Clarín (09.12.2007) tras el escándalo por las posibles irregularidades en la aplicación de un protocolo de investigación clínica en el Hospital Fernández.-
-¿ANMAT controla todas las investigaciones clínicas que se llevan a cabo en Argentina?
-No. Sólo aprueba, supervisa e inspecciona los protocolos sobre drogas nuevas que traen los laboratorios, que representan una de cada tres investigaciones realizadas. No controlamos a los médicos ni a los Comités de Etica de los hospitales. A veces está bien que así sea, porque en muchísimos trabajos no hay intervención sobre el paciente ni uso de fármacos nuevos.
-¿Entonces hay investigaciones que nadie vigila?
-Desgraciadamente sí. Le pongo el ejemplo más frecuente: a veces los médicos descubren que un medicamento creado y aprobado para una función también sirve para otra cosa, y lo recetan. Si van a un congreso y dicen que estudiaron a 60 pacientes con este remedio y les fue bien, eso no tiene ningún respaldo. Ahora está pasando mucho con el antihipertensivo atenolol, que los psiquiatras recetan para casos de angustia con excitación y ataques de pánico, porque resulta bien. Pero esas funciones no están entre las aprobadas por nosotros. Si el laboratorio quisiera incluirlas en el prospecto, entonces tendría que hacer su propia investigación, y ahí sí presentarla ante ANMAT.
-Uno de los aspectos más oscuros de los ensayos es el pago de los honorarios a los investigadores. ¿Qué hace ANMAT para evitar abusos?
-No podemos hacer nada. Todavía no hay una ley nacional que regule las investigaciones, y cuando la haya aún habrá que esperar a que todas las provincias adhieran a ella. Por ahora tenemos una reciente resolución del ministerio de Salud, que hace un mes estableció, por ejemplo, que los Comités de Etica de los hospitales y clínicas opinen sobre cómo se reparte y se usa la plata cobrada por los investigadores. Hasta ahora sólo las provincias podrían hacer algo.
-¿Los controles de ANMAT son suficientes?
-Siempre se puede mejorar, pero le aseguro que sí. Además de vigilar todos los papeles y seguir su ejecución, nuestras inspecciones incluyen visitas mientras se hace el ensayo. El trabajo del cardiólogo Salzberg -ahora cuestionado tras la muerte de un paciente en el Hospital Fernández- había recibido una de estas visitas en enero, y estaba todo bien. Pero la semana pasada abrimos otra investigación sobre ese caso.
-¿ANMAT aplicó muchas sanciones por faltas graves?
-En proporción no. Ahora hay unos 500 protocolos en ejecución,y este año sólo negamos nueve permisos para ensayar. Tampoco encontramos muchas faltas en las inspecciones, pero cuando las hallamos somos severos: desde el año 2000 se iniciaron 28 sumarios, y en 18 casos se impusieron sanciones -en cuatro al médico y el laboratorio, en cinco sólo al laboratorio y en nueve sólo al investigador- por falta de reportes, falseamientos en los informes, irregularidades en la obtención del consentimiento del paciente y otras fallas. También pusimos multas. Hasta ahora, de 575.000 pesos a los laboratorios y de 182.000 pesos a los médicos.
Dos de cada tres ensayos clínicos no están registrados. Lo estima el titular de ANMAT, el ente que controla las nuevas drogas. Unos 28.000 pacientes participan de estos estudios financiados por laboratorios. Los investigadores cobran entre 500 pesos y 45.000 dólares. Médicos de primer nivel del mundo, hospitales públicos y clínicas privadas de prestigio, legislación insuficiente para garantizar todos los controles y una moneda devaluada que las hace muy baratas. Argentina tiene todos los condimentos para que la industria farmacéutica multinacional la incluya en sus investigaciones clínicas. El resultado: hay al menos 28 mil pacientes sometidos a ensayos médicos y muchos, muchísimos dólares en juego.
Una advertencia: la investigación de drogas y técnicas médicas sobre humanos es fundamental para el avance de la ciencia médica. Las pruebas con drogas para el sida realizadas en el Hospital Alvarez, por ejemplo, llevaron remedios vitales a pacientes que hasta 1996 indefectiblemente morían. Otra advertencia: si los ensayos se hacen mal y sin control, ponen en riesgo la vida de los pacientes. Las dos cosas ocurren hoy en la Argentina.
CLARIN .09.12.2007. GERARDO YOUNG

lunes, diciembre 03, 2007

045. FILOSOFIA DEL SIGLO XVIII + TRIUNFO DE LA RAZON

Al promediar el siglo XVII y, sobre todo, en el curso del siglo XVIII, la modernidad consolida su presencia y define su proyecto más expansivo. El mundo se vuelve moderno y la realidad adquiere su definitiva inteligibilidad asociada a la posibilidad de su dominio y transformación. La enumeración de algunos caracteres permitirá descubrir el contexto de posibilidad de las producciones de la ciencia moderna.

1. La razón se vuelve el común denominador de la condición humana: su rasgo distintivo y su identidad. La razón no pretende – como en los siglos anteriores – profundizar el interior de las cosas o su constitución metafísica (esencia, esquematismos latentes, realidad última, noumeno) sino que es una razón instrumental que se ofrece como un recurso de la humanidad para de-codificar e interpretar Toda la realidad.

2. La razón le da nombre al nuevo siglo: iluminismo, ilustración, siglo de las luces. Frente a la presunta oscuridad de los conocimientos del pasado, la nueva edad crea las condiciones para iluminar con las luces de la razón cada sector de lo real (lo humano y lo natural). La razón es civilizadora y con su presencia legislativa y transformadora tiende a superar la barbarie del pasado y de las fuerzas de la naturaleza.

3. La ciencia se asocia a la filosofía (filósofo y científico se identifican) para interpretar el cosmos (astronomía) y el mundo (mecánica). Los diversos representantes convierten al conocimiento racional en el instrumento de dominio. La formulación de diversas leyes permite determinar las constantes de los fenómenos, ordenar la realidad y anticipar su presencia y desarrollo. El sueño de Francis Bacon de convertir la ciencia en un recurso para el hacer y el poder (con la transformación de lo real) permite humanizar la realidad (cultura).

4. Se instaura el concepto de progreso y civilización (opuestos a tradición y barbarie): la humanidad ha entrado en una nueva edad y puede asegurar que la tierra (definitivamente conocida y conquistada) y el universo (descubierto, interpretado y observado) están bajo su dominio. El tiempo permite definir al siglo como el momento cumbre de la humanidad y al futuro como un vasto territorio para ampliar las realizaciones humanas.

5. La razón asume como paradigma el saber científico, principalmente asociado a la matemática y a la física matemática (filosofía natural) y desde este modelo opera en todos los ámbitos de lo humano: la economía, la moral, la política, los sistemas de representación y de gobierno, la organización social, la educación, la moral, la religión, la literatura, el arte etc. La Enciclopedia (británica y francesa) representa la “suma iluminista” que encarna y contiene todo el saber disponible (con un ordenamiento alfabético, no jerárquico); la revolución francesa y el despotismo ilustrado expresan en el ámbito de lo social y de lo político la presencia operativa de la razón, con la vigencia de nuevos principios de manejo del poder y de la sociedad. Nace el ciudadano como unidad sociopolítica que basa sus derechos en su mera condición de ser humano: el ejercicio de la racionalidad.

6. El siglo de las luces asume los caracteres de la civilización europea. Allí está la sede del pensamiento, de la razón y del progreso. La expansión civilizatoria se convertirá en un poder avasallador sobre las diversidades geográficas, raciales y culturales. No hay proyecto alternativo y todo lo distinto será subordinado al discurso hegemónico de la razón (Europa).

7. La fuerza de la ciencia y de la filosofía (razón) radica en la certeza de haber encontrado la llave de la realidad y su absoluto dominio. El hombre se siente efectivamente el rey de la creación, en su único dominador, renunciando a la “minoría de edad” de los tiempos precedentes y a diversas tutorías (Dios, los reyes, los poderes ocultos, las fuerzas irracionales de la naturaleza, lo desconocido, lo misterioso).

8. Mientras la filosofía sufre un período de transición entre los grandes sistemas del siglo XVII y la explosión creativa del Idealismo del siglo XIX (muchos filósofos, poca filosofía), la ciencia produce una expansión cualitativa y cuantitativa. Son muchos los hombres de ciencias y muchos los temas que se descubren, se abordan, se profundizan y se definen, pero a su vez el progreso de la matemática, de la astronomía, de la física, de la química y de las restantes ciencias va sumando diversas estrategias metodológicas (inductivo, axiomático, hipotético deductivo) con el objetivo de avanzar en la producción del saber.

9. La sociedad también recurre a la razón para encontrar la mejor organización, al tiempo que la política y las formas de gobiernos son temas de los debates racionales para ordenar la economía, el control de la violencia, el ejercicio de los derechos, el poder del estado, la participación de los ciudadanos.

10. Hay una circulación activa del saber, de la ciencia y de los conocimientos. El público lector se asocia a la burguesía y permite acceder a los conocimientos y divulgarlos. No se trata de algo privativo de sectores o iniciados, sino un derecho y una posibilidad al alcance de todos los ilustrados (considerando los límites impuestos por los sistemas educativos). Los autores (científicos, filósofos y literatos) conscientes de la situación escriben según los requerimientos de los lectores y la Enciclopedia es la muestra de la divulgación (“democratización”) de los conocimientos.

044. CARACTERES DEL PENSAMIENTO MODERNO

El Renacimiento (como inicio de la modernidad) no tiene una fecha exacta de inicio y florecimiento, cuando se prescinde de discutibles fechas que “cortan” arbitrariamente la historia. Ciertos síntomas de la modernidad asomaban en el siglo XIII y XIV y en algunos países europeos el Renacimiento florece en el siglo XV y XVI :

1. Autonomía del hombre frente a la protección que ofrecía un mundo cerrado y una sociedad controlada en la edad media. El sujeto moderno reconoce que es preferible afrontar los riesgos de la libertad (con sus miedos) que soportar el peso de un control y una obediencia universal (protección y subordinación).

2. Libertad de Pensamiento: progresivo rechazo de los dogmas y defensa de la autonomía de las ideas en los diversos dominios del saber (ciencia, filosofía, economía, política, religión).

3. Centralidad del tema del hombre que opera como el gran ordenador de la realidad. Dios no desaparece, pero deja de ser el centro de referencia y de reflexión, y el hombre se convierte en el eje de la realidad. Es el rey de la creación y quiere ejercer el reinado. El hombre moderno no es el hombre agobiado por problemas y debilidades, sino sobre todo el hombre fuerte, transformador, optimista, que sale a conquistar - con su conocimiento metódico - la realidad.

4. El mundo (el universo) es concebido como la casa que el hombre debe ordenar y el reino que debe gobernar. No es un lugar de purificación ni de paso, sino el ámbito central de la existencia en el que el hombre debe ejercer el reinado. La modernidad terminará poniendo en duda la trascendencia y afirmando la inmanencia y el valor absoluto de este mundo (desacralización)

5. El conocimiento funciona como una disposición y un fortalecimiento de lo humano: sólo el hombre puede llegar al mundo (cosmos) con su saber, objetivarlo, dar cuenta de él, interpretarlo, detectar sus regularidades, establecer las leyes... y el conocimiento se transforma en el verdadero instrumento del poder humano.

6. Conocimiento, ciencia y producciones humanas como los medios para fortalecer su presencia en el mundo. El hombre observa en las producciones de la ciencia (y de la técnica asociada) la posibilidad ver más lejos, llegar a lo máximo (telescopio) y lo mínimo (microscopio), aumentar la precisión, moverse con mayor autonomía, crecer en fortaleza. La proyección de lo humano multiplica su valor y su poder.-

7. Conocimiento como posibilidad de dominio, anticipación y transformación de la realidad. Si el hombre puede ordenar “a priori” la realidad, si puede clasificar “a posteriori” los fenómenos... La realidad misma – en cada una de sus manifestaciones – se vuelve humana. Pasa de lo natural a lo cultural... y el poder del hombre se vuelve civilización. Esta necesidad de progreso y dominio (objeto de la tecnología) promueve los avances de las diversas ciencias.

8. El pensamiento se asocia al rigor de las ciencias, principalmente de la matemática. Alejado de las imposiciones teológicas y metafísicas el saber parece descubrir su paradigma en el funcionamiento de las ciencias, principalmente la física, la astronomía y sobre todo la matemática. La matematización de lo real tienta a todos y la vigencia de un pensamiento riguroso, necesario, universal, seguro multiplica la búsqueda de diversos “discursos del método”.

9. Contraposición del universal humano (la humanidad, los hombres) como signo de poder y progreso y la auto-percepción de la pequeñez del ser humano individual (tiempo y espacio) frente al universo infinito y el peso de la historia... Persiste, sin embargo, la capacidad de superar con el pensamiento los límites mismos del tiempo y del espacio.

10. El hombre esta dispuesto y decidido a construir al mundo como humano, como morada propia, desplazando los principios religiosos y ubicando a Dios como un miembro necesario del sistema, pero respetuoso de la autonomía del esfuerzo humano (secularización)