El Renacimiento (como inicio de la modernidad) no tiene una fecha exacta de inicio y florecimiento, cuando se prescinde de discutibles fechas que “cortan” arbitrariamente la historia. Ciertos síntomas de la modernidad asomaban en el siglo XIII y XIV y en algunos países europeos el Renacimiento florece en el siglo XV y XVI :
1. Autonomía del hombre frente a la protección que ofrecía un mundo cerrado y una sociedad controlada en la edad media. El sujeto moderno reconoce que es preferible afrontar los riesgos de la libertad (con sus miedos) que soportar el peso de un control y una obediencia universal (protección y subordinación).
2. Libertad de Pensamiento: progresivo rechazo de los dogmas y defensa de la autonomía de las ideas en los diversos dominios del saber (ciencia, filosofía, economía, política, religión).
3. Centralidad del tema del hombre que opera como el gran ordenador de la realidad. Dios no desaparece, pero deja de ser el centro de referencia y de reflexión, y el hombre se convierte en el eje de la realidad. Es el rey de la creación y quiere ejercer el reinado. El hombre moderno no es el hombre agobiado por problemas y debilidades, sino sobre todo el hombre fuerte, transformador, optimista, que sale a conquistar - con su conocimiento metódico - la realidad.
4. El mundo (el universo) es concebido como la casa que el hombre debe ordenar y el reino que debe gobernar. No es un lugar de purificación ni de paso, sino el ámbito central de la existencia en el que el hombre debe ejercer el reinado. La modernidad terminará poniendo en duda la trascendencia y afirmando la inmanencia y el valor absoluto de este mundo (desacralización)
5. El conocimiento funciona como una disposición y un fortalecimiento de lo humano: sólo el hombre puede llegar al mundo (cosmos) con su saber, objetivarlo, dar cuenta de él, interpretarlo, detectar sus regularidades, establecer las leyes... y el conocimiento se transforma en el verdadero instrumento del poder humano.
6. Conocimiento, ciencia y producciones humanas como los medios para fortalecer su presencia en el mundo. El hombre observa en las producciones de la ciencia (y de la técnica asociada) la posibilidad ver más lejos, llegar a lo máximo (telescopio) y lo mínimo (microscopio), aumentar la precisión, moverse con mayor autonomía, crecer en fortaleza. La proyección de lo humano multiplica su valor y su poder.-
7. Conocimiento como posibilidad de dominio, anticipación y transformación de la realidad. Si el hombre puede ordenar “a priori” la realidad, si puede clasificar “a posteriori” los fenómenos... La realidad misma – en cada una de sus manifestaciones – se vuelve humana. Pasa de lo natural a lo cultural... y el poder del hombre se vuelve civilización. Esta necesidad de progreso y dominio (objeto de la tecnología) promueve los avances de las diversas ciencias.
8. El pensamiento se asocia al rigor de las ciencias, principalmente de la matemática. Alejado de las imposiciones teológicas y metafísicas el saber parece descubrir su paradigma en el funcionamiento de las ciencias, principalmente la física, la astronomía y sobre todo la matemática. La matematización de lo real tienta a todos y la vigencia de un pensamiento riguroso, necesario, universal, seguro multiplica la búsqueda de diversos “discursos del método”.
9. Contraposición del universal humano (la humanidad, los hombres) como signo de poder y progreso y la auto-percepción de la pequeñez del ser humano individual (tiempo y espacio) frente al universo infinito y el peso de la historia... Persiste, sin embargo, la capacidad de superar con el pensamiento los límites mismos del tiempo y del espacio.
10. El hombre esta dispuesto y decidido a construir al mundo como humano, como morada propia, desplazando los principios religiosos y ubicando a Dios como un miembro necesario del sistema, pero respetuoso de la autonomía del esfuerzo humano (secularización)
1. Autonomía del hombre frente a la protección que ofrecía un mundo cerrado y una sociedad controlada en la edad media. El sujeto moderno reconoce que es preferible afrontar los riesgos de la libertad (con sus miedos) que soportar el peso de un control y una obediencia universal (protección y subordinación).
2. Libertad de Pensamiento: progresivo rechazo de los dogmas y defensa de la autonomía de las ideas en los diversos dominios del saber (ciencia, filosofía, economía, política, religión).
3. Centralidad del tema del hombre que opera como el gran ordenador de la realidad. Dios no desaparece, pero deja de ser el centro de referencia y de reflexión, y el hombre se convierte en el eje de la realidad. Es el rey de la creación y quiere ejercer el reinado. El hombre moderno no es el hombre agobiado por problemas y debilidades, sino sobre todo el hombre fuerte, transformador, optimista, que sale a conquistar - con su conocimiento metódico - la realidad.
4. El mundo (el universo) es concebido como la casa que el hombre debe ordenar y el reino que debe gobernar. No es un lugar de purificación ni de paso, sino el ámbito central de la existencia en el que el hombre debe ejercer el reinado. La modernidad terminará poniendo en duda la trascendencia y afirmando la inmanencia y el valor absoluto de este mundo (desacralización)
5. El conocimiento funciona como una disposición y un fortalecimiento de lo humano: sólo el hombre puede llegar al mundo (cosmos) con su saber, objetivarlo, dar cuenta de él, interpretarlo, detectar sus regularidades, establecer las leyes... y el conocimiento se transforma en el verdadero instrumento del poder humano.
6. Conocimiento, ciencia y producciones humanas como los medios para fortalecer su presencia en el mundo. El hombre observa en las producciones de la ciencia (y de la técnica asociada) la posibilidad ver más lejos, llegar a lo máximo (telescopio) y lo mínimo (microscopio), aumentar la precisión, moverse con mayor autonomía, crecer en fortaleza. La proyección de lo humano multiplica su valor y su poder.-
7. Conocimiento como posibilidad de dominio, anticipación y transformación de la realidad. Si el hombre puede ordenar “a priori” la realidad, si puede clasificar “a posteriori” los fenómenos... La realidad misma – en cada una de sus manifestaciones – se vuelve humana. Pasa de lo natural a lo cultural... y el poder del hombre se vuelve civilización. Esta necesidad de progreso y dominio (objeto de la tecnología) promueve los avances de las diversas ciencias.
8. El pensamiento se asocia al rigor de las ciencias, principalmente de la matemática. Alejado de las imposiciones teológicas y metafísicas el saber parece descubrir su paradigma en el funcionamiento de las ciencias, principalmente la física, la astronomía y sobre todo la matemática. La matematización de lo real tienta a todos y la vigencia de un pensamiento riguroso, necesario, universal, seguro multiplica la búsqueda de diversos “discursos del método”.
9. Contraposición del universal humano (la humanidad, los hombres) como signo de poder y progreso y la auto-percepción de la pequeñez del ser humano individual (tiempo y espacio) frente al universo infinito y el peso de la historia... Persiste, sin embargo, la capacidad de superar con el pensamiento los límites mismos del tiempo y del espacio.
10. El hombre esta dispuesto y decidido a construir al mundo como humano, como morada propia, desplazando los principios religiosos y ubicando a Dios como un miembro necesario del sistema, pero respetuoso de la autonomía del esfuerzo humano (secularización)
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