martes, febrero 24, 2009

134. MUERTE DE WALTER BENJAMIN + VARIAS MIRADAS


JUAN PABLO FEINMANN (LA ASTUCIA DE LA RAZON. 2007: 33 - 34)

“Theodor Adorno lo instó a emigrar a Estados Unidos y BENJAMIN respondió: Todavía quedan en Europa posiciones que defender, y no emigró y cuando los quiso hacer, ya era tarde, pero mas que tarde para emigrar era tarde para él, porque todo dolor tiene un límite, todo sufrimiento, si en algún instante no se detiene llega inexorablemente al otro: al instante de ya no poder ser tolerado y este instante, para WALTER BENJAMIN, llegó en septiembre de 1940, cuando, quebrado – entre otros variados y muy co0mplejos males – por un problema cardíaco, arribó junto con otros refugiados, a la frontera española, cargando en sus maletas quince compuestos de morfina, que, conjeturaba, lo protegerían en caso extremo, del horror en manos de la GESTAPO, y allí, en la frontera española, descubriría, brutalmente dibujada por la realidad, la simbología del final de su camino, porque el gobierno español había cerrado la frontera, no ayer, ni un mes atrás, ni siquiera una semana atrás, sino ese mismo día el gobierno español, el exacto día en que WALTER BENJAMIN llegó a ella para traspasarla, había cerrado la frontera y, entonces, WALTER BENJAMIN sintió que esa era la última frontera que se le cerraba y agotado por el viaje, pro su incierto y mas aun indeseado futuro en EEUU, por su inexpresable terror a la Gestapo abría de tomar, durante la noche, todas las pastillas que fuera necesario tomar para acceder a la última de sus certezas, la certeza de su propia, garantida, inevitable, cálida y protectora muerte, muerte que para tornar mas desgarrador el final de BENJAMIN no habría, ¡pese a tantas pastillas!, de acaecer durante la noche, ya que BENJAMIN, por un maldito milagro de la naturaleza, ese monstruo (…), BENJAMIN aun vivía durante la mañana siguiente, y entonces lo sometieron a un lavado gástrico y, entonces murió en medio de dolores atroces, de sufrimientos terribles. Apenas acababa de cumplir 48 años.”

RICARDO FORSTER (CRITICA Y SOSPECHA. 2003: 119 - 120)

“Su cuerpo extenuado le exige detenerse una y otra vez, a intervalos cada vez más corto. Las montañas se levantan ante su cansancio como un muro casi imposible de franquear, mientras los últimos restos del verano se van entrelazando con los primeros fríos otoñales. La pequeña caravana se desliza con lentitud por ese paso clandestino que les promete como destino final la posibilidad de la libertad que se intuye mas allá del océano Atlántico. (…) Camina desacompasadamente exigiéndole a su debilitado corazón un último esfuerzo. Muchos antes que él han hecho el camino esfuerzo hacia el exilio francés, después de la derrota de la República. (…) Muchos recorrerán ese mismo sendero, en 1940, tratando de escapar de la barbarie nazi. (…) Antes de partir y sabiendo de los riesgos que corría, WALTER BENJAMIN se ha encargado de enviar a sus amigos, por diversos medios, sus últimos escritos intuyendo que mas allá de su fortuna personal lo verdaderamente importante radica en la persistencia de la palabra escrita, de esas letras que deberán seguir su propio rumbo para dejar testimonio de una época y de su derrumbe. (…) Ese cruce tardío de los Pirineos no significa otra cosa que la pérdida de la esperanza en aquello que había constituido lo esencial de su biografía, la certeza de la catástrofe asediando aquello que más había amado. (…)
El refugiado ha logrado cruzar la frontera pero el azar de su vida vuelve a jugarle una mala pasada. La guardia civil no los dejará pasar porque en sus pasaportes figura su condición de apátridas y desde el gobierno franquista madrileño han llegado instrucciones taxativas de impedir el paso de los parias. Deberán egresar al infierno francés, a los campos de refugiados, a la muerte anunciada. BENJAMIN en la soledad de su pequeño cuarto de hotel, decide en su último acto de libertad, acabar con su vida. Final de partida.”

VERSION HISTORIA DE LOS HECHOS

El 25 de septiembre de 1940, tras siete años de exilio, Walter Benjamin cruza los Pirineos en un desesperado intento de huir de los nazis. Se dispone a pasar la frontera clandestinamente junto con un reducido grupo de fugitivos para, tras atravesar el territorio español, embarcar en Lisboa rumbo a los Estados Unidos. Sin embargo, un súbito cambio en la legislación española le impide la entrada a la Península. Benjamin se ve obligado a pernoctar bajo vigilancia en la Fonda de Francia de Portbou, a la espera de ser deportado a tierras galas a la mañana siguiente.
Esa misma noche, el filósofo judeo-alemán inicia una agonía que lo llevará a la muerte veinticuatro horas más tarde.
A pesar de que el parte médico tipifica el deceso como muerte natural, durante muchos años se dio por supuesta la posibilidad de un suicidio inducido. En los años noventa se localizan las actas oficiales en las que se habla de muerte por causas naturales, lo cual arroja más sombra que luz sobre un caso plagado de irregularidades. Actualmente, tanto en el pueblo como fuera de él, hay quienes no tienen reparos en hablar abiertamente de un posible asesinato.
Una vecina que conoció personalmente al regente de la fonda, todavía hoy recuerda el momento en que éste irrumpió angustiado en la casa familiar, para dar noticia de la muerte de aquel inquilino desconocido.
La versión de ésta y otros vecinos del pueblo, testigos directos de la época, junto a nuestras propias pesquisas en archivos históricos y particulares, abre la puerta a nuevas investigaciones que entran en litigio con los presupuestos comúnmente manejados sobre la muerte de Walter Benjamin.
A partir de aquí, el documental sigue el hilo de los distintos testimonios que van creando una fotografía cada vez más diáfana de un acontecimiento, a todas luces, plagado de irregularidades policiales, médicas, eclesiásticas y administrativas.
¿Era el regente de la fonda un colaboracionista franquista, tal como afirman numerosos testimonios? ¿Encubrió el médico la verdadera causa de la muerte? ¿Tenían conocimiento las autoridades españolas acerca de la importancia de este “viajero extranjero” que fue enterrado según rito católico y bajo nombre equivocado? ¿Se trató realmente de un suicidio?

DOCUMENTAL: ¿QUIEN MATO A WALTER BENJAMIN? (2005) DIR. DAVID MAUAS

PORT BOU, 1940. El 25 de septiembre, luego de siete años de exilio, Walter Benjamin atraviesa los Pirineos en un desesperado intento de escapar de los nazis. Se dispone a pasar la frontera clandestinamente y, atravesando el territorio español, alcanzar Lisboa donde se embarcará rumbo a los Estados Unidos. Un súbito cambio en la legislación española, le impide la entrada a la Península. Benjamín se ve obligado a pernoctar en una fonda de Port Bou, bajo la estrecha vigilancia de tres policías que tienen órdenes de deportarlo a Francia a la mañana siguiente. Esa misma noche, Benjamin inicia una agonía que lo llevará a la muerte veinticuatro horas más tarde. Según sus allegados, se trata de un suicidio. Pero el parte médico tipifica el deceso como muerte natural.
¿Encubrió el médico la verdadera causa de la muerte? ¿Tenían conocimiento las autoridades españoles acerca de la importancia de este “viajero extranjero” que fue enterrado según rito católico y bajo un nombre equivocado? ¿se trató realmente de un suicidio?
¿Quién mató a Walter Benjamín? busca las respuestas a las dudosas circunstancias de la muerte, sesenta años atrás, de un ilustre refugiado, a la vez que establece el retrato de un pueblo de frontera, anclado entre dos frentes, testigo de evasiones, persecuciones y falsas esperanzas.
¿Quién mató a Walter Benjamín?, no supone solo la reconstrucción de una muerte, sino el retrato del escenario del crimen.

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