miércoles, abril 23, 2008

081. MAS SOBRE EL AMOR

"Una tan sólo es la muerte en el Amor recíproco: las resurrecciones son dos, porque quien ama, muere una vez en sí, cuando se entrega; y resucita de inmediato en el amado, cuando el amado lo recibe con ardiente pensamiento; resucita de nuevo cuando en el amado finalmente se reconoce, y no duda ser amado. ¡Oh feliz muerte aquella, a la que siguen dos vidas! ¡Oh maravilloso trueque aquel, en el que el hombre se da a sí mismo por otro, y tiene a otro, y no se pierde a sí mismo! ¡Oh inestimable ganancia, cuando de tal manera dos llegan a ser uno solo, que cada uno de ambos, gracias al otro, se convierte en dos! y, como redoblado, aquel que tenía una vida, mediante una sola muerte ahora tiene dos vidas; puesto que aquel que, habiendo una vez muerto, resurge dos veces, sin duda por una vida adquiere dos vidas; y por su propio ser, dos seres. " (FICINO. SIGLO XV)

martes, abril 22, 2008

080. ¿QUE COSA ES EL AMOR?

“Pero allí donde el amado responde en el Amor, el amante, apenas está en el amado, vive. Aquí acontece una cosa maravillosa, cuando dos se aman mutuamente: él en éste, y éste en aquél vive. Ellos se corresponden de manera recíproca, y cada uno se entrega al otro, para recibir al otro. Y de qué modo ellos se entregan, se ve porque de sí se olvidan: mas no está tan claro cómo reciben al otro. Porque quien no se tiene a sí mismo, mucho menos puede poseer al otro. Antes bien, tanto el uno como el otro se tienen a sí mismos y al mismo tiempo al otro, porque este último se tiene a sí mismo, pero en aquél; en tanto que aquél se posee a sí mismo, pero en éste. Ciertamente mientras que yo te amo a ti, que me amas a mí, yo en ti, que piensas en mí, me hallo a mí mismo; y yo, por mí mismo despreciado, en ti que me cuidas me recupero. Y tú haces otro tanto conmigo.

Esto también me parece maravilloso: puesto que, desde el momento en que yo me perdí a mí mismo, si por ti me recupero, por ti me tengo a mí mismo. Si por ti yo me tengo a mí, yo te tengo a ti antes, y más que a mí; y estoy más próximo a ti que a mí. Ya que yo no me acerco a mí mismo por otro medio que no sea por ti.
En esto la virtud de Cupido difiere de la fuerza de Marte. Porque el imperio y el Amor son muy diferentes. El emperador posee a otro para sí mismo; y el amador por otro se recupera a sí mismo; y tanto el uno como el otro, ambos amantes se alejan de sí mismos, y al mismo tiempo cada uno de ellos se aproxima al otro; y muerto en sí mismo, en el otro resucita. Una tan sólo es la muerte en el Amor recíproco: las resurrecciones son dos, porque quien ama, muere una vez en sí, cuando se entrega; y resucita de inmediato en el amado, cuando el amado lo recibe con ardiente pensamiento; resucita de nuevo cuando en el amado finalmente se reconoce, y no duda ser amado.

¡Oh feliz muerte aquella, a la que siguen dos vidas! ¡Oh maravilloso trueque aquel, en el que el hombre se da a sí mismo por otro, y tiene a otro, y no se pierde a sí mismo! ¡Oh inestimable ganancia, cuando de tal manera dos llegan a ser uno solo, que cada uno de ambos, gracias al otro, se convierte en dos! y, como redoblado, aquel que tenía una vida, mediante una sola muerte ahora tiene dos vidas; puesto que aquel que, habiendo una vez muerto, resurge dos veces, sin duda por una vida adquiere dos vidas; y por su propio ser, dos seres.” (MARSILIO FICINO: SOBRE EL AMOR)
DICIENDO QUÉ COSA ES AMOR...
Es amor fuerça tan fuerte
que fuerça toda razón;
una fuerça de tal suerte,
que todo seso convierte
en su fuerza y afición.
Una porfía forçosa
que no se puede vencer,
cuya fuerza porfiosa
hacemos más poderosa
queriéndonos defender.

Es placer en c'hay dolores,
dolores en c'hay alegría,
un pesar en c'hay dulzores,
un esfuerzo en c'hay temores,
temor en c'hay osadía.
Un plazer en c'hay enojos,
una gloria en c'hy pasión,
una fe en c'hay antojos,
fuerza que hacen los ojos
al seso y al coraçón.

Es una catividad,
sin parescer las prisiones,
un robo de libertad,
un forzar de voluntad
donde no valen razones.
Una sospecha celosa
causada por el querer,
una rabia deseosa
que no sabe qu'es la cosa
que desea tanto ver.

Es un modo de locura
con las mudanzas que hace:
una vez pone tristura,
otra vez causa folgura,
como lo quiere y lo plaze.
Un deseo que al ausente
trabaja, pena y fatiga;
un recelo que al presente
hace callar lo que siente,
temiendo pena que diga.

Cabo
Todas estas propiedades
tiene el verdadero amor.
El falso, mil falsedades,
mil mentiras, mil maldades
como fengido traidor.
El toque para probar
cuál amor es bien forjado,
es sufrir el desamar,
que no puede comportar
el falso sobredorado.
JORGE MANRIQUE

martes, abril 15, 2008

079. EL HOMBRE + UN CLASICO


"Cual sea esa condición, oíd Padres con oídos atentos, y poned toda vuestra humanidad en aceptar nuestra empresa. Ya el gran Arquitecto y Padre, Dios, había fabricado esta morada del mundo que vemos, templo augustísimo de la Divinidad, con arreglo a las leyes de su arcana sabiduría, embellecido la región superceleste con las inteligencias, animado los orbes etéreos con las almas inmortales, henchido las zonas excretorias y fétidas del mundo inferior con una caterva de animales y bichos de toda laña. Pero, concluido el trabajo, buscaba el Artífice alguien que apreciara el plan de tan grande obra, amara su hermosura, admirara su grandeza. Por ello, acabado ya todo (testigos Moisés y Timeo), pensó al fin crear al hombre. Pero ya no quedaba en los modelos ejemplares una nueva raza que forjar, ni en las arcas más tesoros como herencia que legar al nuevo hijo, ni en los escaños del orbe entero un sitial donde asentarse el contemplador del universo. Ya todo lleno, todo distribuido por sus órdenes sumos, medios e ínfimos. Cierto, no iba a fallar, por ya agotada, la potencia creadora del Padre en este último parto. No iba a fluctuar la sabiduría como privada de consejo en cosa así necesaria. No sufría el amor dadivoso que aquél que iba a ensalzar la divina generosidad en los demás, se viera obligado a condenarla en sí mismo.
Decretó al fin el supremo Artesano que, ya que no podía darse nada propio, fuera común lo que en propiedad a cada cual se había otorgado. Así pues, hizo del hombre la hechura de una forma indefinida, y, colocado en el centro del mundo, le habló de esta manera: "No te dimos ningún puesto fijo, ni una faz propia, ni un oficio peculiar, ¡oh Adán!, para que el puesto, la imagen y los empleos que desees para ti, esos los tengas y poseas por tu propia decisión y elección. Para los demás, una naturaleza contraída dentro de ciertas leyes que les hemos prescrito. Tú, no sometido a cauces; algunos angostos, te la definirás según tu arbitrio al que te entregué. Te coloqué en el centro del mundo, para que volvieras más cómodamente la vista a tu alrededor y miraras todo lo que hay en ese mundo. Ni celeste, ni terrestre te hicimos, ni mortal, ni inmortal, para que tú mismo, como modelador y escultor de ti mismo, más a tu gusto y honra, te forjes la forma que prefieras para ti. Podrás degenerar a lo inferior, con los brutos; podrás realzarte a la par de las cosas divinas, por tu misma decisión." ¡Oh sin par generosidad de Dios Padre, altísima y admirable dicha del hombre! Al que le fue dado tener lo que desea, ser lo que quisiere. Los brutos, nada más nacidos, ya traen consigo (como dice Lucilio) del vientre de su madre lo que han de poseer. Los espíritus superiores, desde el comienzo, o poco después, ya fueron lo que han de ser por eternidades sin término. Al hombre, en su nacimiento, le infundió el Padre toda suerte de semillas, gérmenes de todo género de vida. Lo que cada cual cultivare, aquello florecerá y dará su fruto dentro de él. Si lo vegetal, se hará planta; si lo sensual, se embrutecerá; si lo racional, se convertirá en un viviente celestial; si lo intelectual, en un ángel y en un hijo de Dios. Y, si no satisfecho con ninguna clase de criaturas, se recogiere en el centro de su unidad, hecho un espíritu con Dios, introducido en la misteriosa soledad del Padre, el que fue colocado sobre todas las cosas, las aventajara a todas. ¿Quién no admirará a este camaleón? o ¿qué cosa más digna de admirar? No sin razón dijo Asclepio ateniense que el hombre, en razón de su naturaleza mudadiza y trasformadora de sí misma, era representado en los relatos místicos por Proteo. De ahí aquellas metamorfosis de hebreos y pitagóricos. (…)
¿Quién no admirará al hombre? En las sagradas Letras, mosaicas y cristianas, para nombrarle se habla de «toda carne» o «toda criatura», pues es así que él mismo se forja, se fabrica y transforma en la imagen de toda carne, en la hechura de todo ser creado. Por ello escribe Evantes Persa, al exponer la teología caldea, que el hombre no tiene de por sí y por nacimiento una figura propia, sí muchas ajenas y advenedizas; de ahí aquello de los caldeos, es decir, el hombre, animal de naturaleza multiforme y mudadiza". (PICO DE LA MIRANDOLA: DISCURSO SOBRE LA DIGNIDAD DEL HOMBRE) SIGLO XV

domingo, abril 06, 2008

078. EL GENEROSO PODER DE LA FILOSOFIA


"La Filosofía es definida por todos como el amor a la verdad y la devoción por la sabiduría. Pero la verdad, y la sabiduría misma, son solamente Dios; de lo que se deduce que la Filosofía legítima no difiere de la verdadera religión, y que la religión legítima es exactamente lo mismo que la verdadera Filosofía. Si las propiedades de las palabras derivan en parte de las propiedades de las cosas y en parte de aquellas de las ideas, como han demostrado con gran detalle Platón, Aristóteles, Varrón y San Agustín, entonces ciertamente la Filosofía, la investigadora y descubridora de la concepción de las cosas, dió a luz a la Gramática, medida del discurso y la escritura correctos.
Si solamente la Filosofía, o la Filosofía sobre todas las cosas, conoció la naturaleza de las almas, el poder de los actos, la forma de las obras, la disposición de los espacios, y lo apropiado de los tiempos, entonces, es ella, sobre todas las cosas, quien enseñó a los oradores qué decir, y cómo, a quién persuadir, y cuándo. También enseñó a los poetas qué describir, cómo despertar las emociones y deleitar al alma. De ello resulta que, sin su asistencia, los historiadores no podrían servir su oficio.La Filosofía concedió almas a los estados cuando hizo que las leyes humanas en la tierra reflejaran las leyes divinas del cielo. Dió a luz al cuerpo del estado y lo hizo crecer al proveer la agricultura, la arquitectura, la medicina, la destreza militar y cualquier arte que le otorgue alimento, belleza o protección. Así pues, por sobre todas las cosas, la Filosofía arranca de la miseria a los mortales, y les concede felicidad. Pues ella discrimina lo bueno de lo malo y nos muestra cómo evitar el mal para que no nos hiera, o cómo sobrellevarlo con fortaleza de modo que nos hiera menos. Además nos enseña cómo hallar más fácilmente la bondad, y cómo usar rectamente los dones que nos ha concedido la naturaleza o la fortuna o que hemos adquirido por medio del trabajo, para que puedan ser beneficiosos." MARSILIO FICINO + CARTA A BERNARDO BEMBO ( 1480. SIGLO XV)

jueves, abril 03, 2008

077. DE LA FILOSOFIA MEDIEVAL A LA FILOSOFIA MODERNA

· Pensamiento supeditado a una visión religiosa que domina todas las formas de vida.
· Régimen de vida unitario y homogéneo en occidente.
· Encasillamiento social y económico de los individuos y absoluta jerarquización de los sectores.
· La autonomía individual desplazada o suprimida.
· En todos los ámbitos (social, político, filosófico, cultural, artístico, literario) giran en torno a un motivo único y una organización totalizadora.
· La filosofía se desarrolla al amparo de la teología: los filósofos son también teólogos y miembros asociados o significativos de la Iglesia.
· Uso exclusivo del latín como lengua de la filosofía que se produce y difunde en los monasterios y en las universidades.
· Un único y homogéneo concepto de la filosofía en el marco de la Europa medieval.
· La comprensión de la fe y el camino de la salvación constituyen el fin último de la especulación: no sólo son el espíritu que alientan el filosofar, sino el marco en que se determinan los objetos de la filosofia.
· Los núcleos mas revelantes son DIOS y la TEOLOGIA, la METAFISICA y el HOMBRE (en su relación con el Dios- Creador)El problema de la relación entre la FE y la RAZON recorre toda la especulación medieval.




· Pugna por lograr la autonomía del pensamiento frente a los dictados de los dogmas.
· La nueva edad propone salvar la razón de las imposiciones de la revelación y de la fe.
· Se pone en marcha una nueva concepción del mundo y una nueva interpretación de la vida.
· El motivo religioso no desaparece, pero se circunscribe: darle lugar a la fe no significa someter los avances de las ciencias a sus dictados. Es el libre uso de la razón quien tiene las respuestas.
· Cambian los objetos y las cuestiones de la filosofía: la naturaleza, el mundo, lo terrenal y lo humano (desprendido de la necesaria subordinación a lo sobrenatural).
· El mundo y el hombre se convierten en el centro de la reflexión, interesados en encontrar y conquistar el nuevo puesto del hombre en el cosmos y ejercer el rol de “rey de la creación”.
· El pensamiento contribuye a crear la libertad de las individualidades, la libre disponibilidad de los sujetos.
· La homogeneidad anterior se subdivide respondiendo a caracteres nacionales y escuelas de pensamiento. La filosofía europea comienza a ser un conjunto de de filosofías que provienen y expresan a sus respectivas sociedades.
· La filosofía se aproxima a la ciencia y establece una profunda relación con ella. Crece un sistema riguroso que le otorga una nueva identidad al pensamiento.
· Se abre un amplio debate en torno a la cuestión del método.
· El filósofo-científico es un filósofo laico que lejos de cualquier jerarquía hace una filosofía profana. En general la producción del saber se produce en soledad y ajenos a los conocimientos procesados y difundidos en las universidades (que siguen siendo medievales).El olvido, la sustitución y finalmente el rechazo a la autoridad eclesiástica en los temas específicos de la filosofía y de la fe, se transforma en una aceptación de un nuevo tipo de autoridad: la cientifica, aunque se trata de una autoridad intelectual y no prescriptiva. Ninguna pena cae sobre quienes la discuten o la rechazan porque prevalece únicamente por su apelación intrínseca a la razón, y nunca es una autoridad absoluta, dogmática, indiscutible.

martes, abril 01, 2008

076. LOS INICIOS DE LA MODERNIDAD


¿Qué es lo que acaece en el siglo XIV y en el siglo XV para que se produzcan profundos cambios en la sociedad, en el conocimiento, en la filosofía? La posibilidad de recuperar el patrimonio de la antigüedad no es una cuestión de obras y contenidos – que ya habían sido recuperados en los siglos precedentes – sino sobre todo hay una recuperación del espíritu de la producción del saber de la antigüedad, actitud que el Medioevo había perdido o acallado. Tomamos algunas ideas presentadas por una curiosa historia de las matemáticas de GUEDJ Denis (2001: 187)[1]:¿Por qué en Grecia y no en otro sitio se dio el florecer de la filosofía y las ciencias? Porque los pensadores griegos tuvieron una vida y un manejo del conocimiento muy especial. ¿Quiénes eran?¿qué hacían de sus vidas? ¿Qué lugar ocupaban en la sociedad? No eran esclavos, ni funcionarios del Estado como los matemáticos calculadores o los escribas de Babilonia, no pertenecían a la casta de los sacerdotes, como propietarios y administradores del conocimiento, la escritura y el cálculo. Los pensadores griegos no tenían que rendir cuenta ante ninguna autoridad: no había rey, sacerdote, doctrina o referente externo que decidiera la índole o la verdad de su trabajo, imponiéndoles límites, temas o censuras. Los pensadores griegos eran hombres libres. Pero había un costo, porque la libertad conlleva compromisos: debían defender sus puntos de vista ante sus iguales. Aunque pertenecientes a diversas escuelas esos pensadores trabajaban en soledad, lo cual es una posición social inédita. Se afirmaban como individuos haciendo uso de su libertad de pensamiento, planteando tesis, desarrollando teorías. Eran necesariamente responsables de sus productos, porque no debían obedecer ni responder a una autoridad en particular, sino ante cualquier persona que, disfrutando del mismo derecho a la libertad, los podía criticar, interrogar, replicar o contradecir. Eran semejantes a sus conciudadanos en el aspecto político, pero en el campo de las ideas eran los ciudadanos del pensamiento. En las ciudades – Estado el derecho de los ciudadanos a expresar sus ideas y discutir en las Asambleas estaba consagrado… y eso se trasladó a las ciencias y a la filosofía. Tanto la Academia como el Liceo, y Alejandría con su museo y su biblioteca eran ámbitos de discusión, de producción de un saber abierto al disenso, a la construcción crítica. Era necesario afinar los argumentos, las demostraciones, las razones. Pretendían convencer de manera absoluta: no se trata de mostrar, de imponer, de comunicar, sino de demostrar, de comprobar, de convencer.
Eso es lo que recupera la práctica de la ciencia y de la filosofia a partir del renacimiento. Aunque las autoridades religiosas siguieran pretendiendo imponer sus mandatos y sus dogmas, el saber adquirió una fuerza propia. A pesar de las persecuciones, las amenazas y las condenas, los pensadores y los hombres de ciencias no pudieron renunciar a la libertad, al progreso inagotable de las ideas. Y pretendían que esas producciones en el silencio de sus gabinetes y escritorios se trasladara al territorio de los iguales, de los otros hombres de ciencia que estaban investigando temas análogos… o a los hombres cultos (mecenas, hombres poderosos) interesados en conocer todos los avances de la cultura. Hay otra relación con el saber en KEPLER, en BRUNO, en GALILEO, en CAMPANELLA, en DESCARTES: sus libros derraman atrevimiento y se escriben para lograr el asentimiento de los lectores o los antagonistas en el campo de las ideas. No son ya los tratados medievales – Sumas, Sentencias, Comentarios – que se imponían por la fuerza de la arquitectura, el rigor de los silogismos y el peso de la autoridad. Se trata de otros productos, de otros libros, de otra filosofía.
Hay una interesante lección del pasado para nuestro presente: la libertad, el espíritu crítico, la lucha entre iguales, las discusiones, los debates son los verdaderos acicates de la ciencia y de la filosofia. Cuanto más libres seamos y mas sometamos a discusión lo que pensamos y producimos mas permitiremos el avance del conocimiento. Filosofia y ciencia sometidas a vigilancia y control implica frenar su auténtico desarrollo.
[1] GUEDJ Denis (2001), El teorema del loro. Novela para aprender matemáticas. Barcelona. Ediciones Anagrama