domingo, octubre 26, 2008

124. ENSEÑAR FILOSOFIA + CRITERIOS

01
El valor de la filosofía es directamente proporcional a la relación que se establece con lo que los estudiantes saben, hacen, viven o piensan. Si la filosofia sólo funciona como una materia que hay que aprobar sin conmover o cuestionar a quien accede a ella, no es filosofia.

02
El sistema, los autores, el pensamiento oficial y canónico son importantes, pero no representan necesariamente el eje del desarrollo o el punto de partida, sino el de llegada, y tal vez sea tarea específica de otra instancia o niveles de aprendizaje.

03
Enseñar para que los alumnos estudien y repitan lo que los filósofos del pasado o sus obras o las explicaciones (a veces insoportables e imprecisas) de quienes nos presentan a los filósofos no significa que los alumnos accedan a la filosofía o que la filosofía roce sus vidas.

04
Es verdad que ciertas clases o programas o intervenciones didácticas pueden poner en riesgo la sistematicidad de los aprendizajes, pero el docente hábil en lo suyo sabe que puede convertir el sistema en una de las estrategias de integración o en una construcción permanente que se logra también con los aportes de los alumnos.

05
En términos de aprendizaje, el punto de partida es clave para que la filosofía dialogue con la vida, el pensamiento y el interés de los que aprenden. Los temas de la filosofia no deberían aburguesarse en formatos previsibles y repetidos, sino que siempre deben generar conflictos cognitivos que despierten el interés. No podemos disponer de “un curso de filosofía” que sirve para todos las ocasiones, particularmente sin varían los interlocutores.

06
Todos los temas y cuestiones de la filosofia tienen conexiones con algún aspecto de la realidad o de la vida de los estudiantes (niños, adolescentes o adultos): lo que hay que hacer es preparar esos “puentes naturales” o tener la mente ágil para encontrar y definir rápidamente las
conexiones.

07
En la escuela los que enseñan no son los únicos que piensan. Mucho más aun en las clases de filosofía: el pensamiento está generosamente distribuido entre todos los que participan de los encuentros, aun de aquellos que – a la hora de estudiar y ser evaluados – tienen poca voluntad y malos resultados.

08
Habilitar el pensamiento y la palabra de todos se torna, frecuentemente, ingobernable en términos de dinámica de participación o de manejo del tiempo, pero hay formas de darle cauce a la inquietud de todos y cerrar cada tema con variadas estrategias de sistematización (registros, protocolos, informes, cuadros, uso del pizarrón o hasta algún recurso digital)

09
Aunque todos piensan, el profesor tiene una tarea clave en la enseñanza, porque el ejercicio acrítico y espontáneo del pensamiento debe ir alimentándose de estructuras argumentativas, demostrativas y de lenguaje rico, creciente y purificado, tanto al escribir como al hablar.

10
Los verdaderos aprendizajes en términos filosóficos podrían sintetizarse en: (1) desarrollo de la capacidad de pensamiento; (2) capacidad para descubrir problemas y formular interrogantes; (3) atrevimiento para efectuar las propias interpretaciones; (4) capacidad para relacionar temas, problemas, ámbitos, lecturas, autores, mensajes: (5) reconocimiento de filósofos, obras y corrientes asociados con el contexto y problemáticas; (6) lenguaje técnico adecuado; (7) apertura mental para reestructurar permanentemente sus esquemas. Y el profesor es alguien capaz de definirse y jugarse en tres o cuatro principios o verdades, en un mundo en el que nadie se juega ni por una y pragmáticamente se negocia todo.

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