miércoles, junio 10, 2009

153. FILOSOFIA CONTEMPORANEA


DESPUES DE HEGEL IZQUIERDA Y DERECHA KARL MARX-ENGELS Utopias socialistas del siglo XIX Filosofias críticas. Escuela de Fracfort., Althousser, Luckacs, Gramsci Adorno, Horkheimer. Neomarxismo. Marcusse. Fromm. Habermas. Croce – Gentile – Neoidealismo norteamericano. HOMBRE Y EXISTENCIA SOREN KIERKEGAARD Filosofia de la existencia y existencialismo. Heidegger. Jaspers. Sartre, Merleau Ponty, Marcel Filosofia de la vida. Levinas. Bubber. POSITIVISMO COMTE – STUART MILL – SPENCER Positismo lógico. Empirismo. Filosofía del lenguaje. B. Russel. Wittgenstein – Círculo de Viena – Carnap. Popper. Ayer NEOKANTIANOS MARBURGO - BADEN Cassirer - Rickert Windeband - Dilthey FENOMENOLOGIA Husserl Hartmann – Scheler FILOSOFIA DE LA VIDA SCHOPENHAUER Bergson Mounier - Unamuno – Ortega y Gasset ESTRUCTURALISMO HERMENEUTICA Foucault Levi Straus, Gadamer, Ricoeur Derridas, Deleuze POSTMODERNIDAD Lyotard Vattimo, Braudillard, Lipovesky. CORRIENTES EPISTEMOLOGICAS Bachelard Kuhn, Lakatos, Feyerabend, Popper DISENSOS Y ALTERNATIVAS MORIN Castoriadis Cioran PENSAMIENTO LATINOAMERICANO ARGENTINA AMERICA Generación del 37. Pensamiento del 80. Corrientes del siglo XX. Francisco Romero. Filosofías críticas. Filosofia de la liberación. Postmodernidad FILOSOFIA Y PENSAMIENTO DE LA MUJER
Agnes Heller – Hannah Arendt Stein – SIMONE DE BEAUVOIR

152. REVOLUCION


“Vinimos a la ciudad a buscar a la patria. La patria que nos había olvidado en el último rincón del país, el rincón más solitario, el más pobre, el más sucio, el peor. Venimos a preguntarle a la patria, a nuestra patria, por qué. Por qué nos dejó ahí olvidados tantos y tantos años, por qué nos dejó ahí con tantas muertes.

Vinimos a la ciudad y encontramos esta bandera. Nuestra bandera. No encontramos dinero, no encontramos riquezas, no encontramos a nadie que nos escuchara, otra vez. Encontramos la ciudad vacía, y sólo encontramos esta bandera.

Bajo esta bandera vive y muere una parte del país cuya existencia era ignorada y despreciada por los poderosos.

Muertes y muertes iban sumando bajo el cielo de esta bandera.

No nos dejen solos. Con ustedes, todos somos. Sin ustedes, somos otra vez ese rincón sucio y olvidado de la patria.

Nosotros hemos venido con la esperanza de una paz con justicia, con dignidad, democracia y libertad. La patria que queremos todos tiene que nacer otra vez. De nuestros despojos, de nuestros cuerpos rotos, de nuestra esperanza tendrá que levantarse otra vez esta bandera.

No entendemos por qué se preocupan tanto por nuestros rostros, si antes no existían para ustedes. Pero si quieren saber qué rostro hay debajo del pasamontaña, es sencillo. Tomen un espejo y véanlo.”

Comandante MARCOS

151. COMTE + VISION DEL MUNDO


La filosofía no está para contemplar el mundo, para explicarlo metafísicamente o para transformarlo en un instrumento religioso de purificación y de paso: el mundo está destinado al estudio científico, al análisis y al conocimiento... porque cuanto más puede el hombre conocer el mundo, mas lo puede dominar.

• El pensamiento antiguo se dedicó a contemplar el mundo, el pensamiento medieval encontró en el mundo la presencia de un Dios creador y salvador, el pensamiento moderno intentó interpretar el mundo desde el punto de vista metafísico y con modelos matemáticos a priori, solamente el pensamiento contemporáneo (y positivo) ha arribado al verdadero conocimiento del mundo.

• El conocimiento del mundo depende de la capacidad que tiene el hombre de elegir el método y la ciencia para acceder a él. El error de la filosofía y del pensamiento del pasado es haber confiado demasiado en los mensajes religiosos y en las formulaciones metafísicas, en lugar de crear el instrumento de la ciencia y atenerse a sus leyes.

• Conocer el mundo significa descubrir y formular sus leyes... y significa poder y dominio: el hombre está en el mundo para operar sobre él, para transformarlo a su medida, para construir el mundo humano. El hombre es hombre en la medida en que transforma – a través de la ciencia – al mundo en un mundo para el hombre.

• El mundo es el ámbito del hombre en sociedad. Mas allá del individuo, el espíritu positivo quiere salvar a la sociedad, el encuentro de los hombres que forman un cuerpo común. En este sentido la sociología (la ciencia suprema) en la ciencia guía de las demás ciencias.

• Orden y progreso: el secreto del dominio de la realidad, del espíritu positivo y de la conquista del mundo es el orden científico... y la confianza en el progreso indefinido del conocimiento y del esfuerzo humano. Los pueblos de finales de siglo, bajo las influencias del espíritu positivo, entendieron que solamente con este criterio podían modernizar y civilizar el ámbito natural (territorio) y el ámbito social (moralización de la población). A las fuentes de crecimiento natural se le sumaba el esfuerzo de una revolución industrial que avanzaba sin pausa sobre los recursos naturales (que se consideraban ilimitados) y el convencimiento de que la sociedad debía encontrar los medios para transformarse en un instrumento de civilización, orden y progreso. El positivismo fue el pensamiento (ideología) que acompañó los procesos de organización de los estados modernos.

• Definitivamente el espíritu positivo se instala en el pensamiento, y Dios, la religión y las ideas fundamentales de la filosofía son eliminadas como instrumentos para ver, conocer e interpretar la realidad. Los ideales del siglo de las luces se transforman en una fuerza operativa y efectiva: finalmente el hombre ejerce el rol de re rey de la creación, un rey que está dispuesto a gobernar ejerciendo plenamente el poder.

150. COMTE Y ROUSSEAU


COMTE

ROSSEAU

01

Es el representante del positivismo y de la afirmación de las ciencias positivas en el siglo XIX.

Es quien acompaña el nacimiento del romanticismo y acentúa las fuerzas del sentimiento en el siglo XVIII

02

Tiene una gran confianza en la sociedad y a la presencia del hombre en el seno de la misma. Defiende a la sociología como la ciencia suprema.

Desconfía de la sociedad y supone que es formadora de hábitos perniciosos para el desarrollo de los individuos. Defiende la teoría del hombre natural.

03

Considera la religión como el estadio más bajo (primero e inferior) de la humanidad.

Aunque – como hombre de la ilustración - desconfía de las instituciones religiosas defiende a Dios y lo religioso (deísmo)

04

Cree que la civilización depende del orden social y del progreso de las ciencias positivas de los ciudadanos. La sociedad industrial, capitaneada por científicos y sabios expertos asegura el orden social.

Afirma que el estado natural es el que permite que los hombres exhiban auténticas virtudes y cualidades. Desconfía de la civilización, las ciencias y el progreso.

05

El ordenamiento social es el resultado del estudio de una ciencia positiva: la sociología (o la física social). Los problemas sociales y morales han de ser analizados desde una perspectiva científica positiva.

El ordenamiento social es el resultado de un contrato (explícito o implícito) en el que los miembros de la sociedad negocian sus derechos y su libertad para ganar en seguridad y ordenamiento social.-

06

Las leyes positivas gobiernan no sólo la naturaleza, sino nuestra propia historia social, entendida como la sucesión y el progreso de determinados momentos históricos llamados estados sociales.

El dinamismo natural de la sociedad permite el desarrollo de las comunidades en formas crecientes de organización. No hay un orden racional establecido, sino una fuerza natural.-

07

Combate con la ciencia positiva la anarquía (negadora del orden) y la reacción (negadora del progreso). La civilización debe oponerse a la barbarie.

La verdadera razón no es la razón metafísica sino la razón positiva (ciencias)

Combate a la ciencia y a la razón como instrumentos de la sociedad y del progreso que aplasta al ser humano natural y crea hábitos que lo pervierten y lo desnaturalizan.

La verdadera razón es la razón natural.

08

Defiende la ley de los tres estadios como la evolución obligada de la humanidad y de los individuos (religioso, metafísico, positivo = niñez, adolescencia, adultez)

Explica la evolución natural de la desigualdad entre los hombres, considerando que no se trata de una situación originaria, sino fruto de las perversiones de la misma sociedad.

09

La educación es necesariamente civilizatoria¸ debe imponer orden y asegurar el progreso de los individuos y de los pueblos.

La mejor educación es aquella que en lugar de imponer conocimientos y prescripciones al individuo lo respeta en su naturaleza humana y en sus caracteres individuales.

10

Pretende ofrecer una respuesta segura y positiva a las necesidades sociales de los países que organizan su vida social en el desarrollo de las democracias del siglo XIX.

Pretende romper con las imposiciones racionalistas del siglo anterior e imponer ideas revolucionarias creando nuevas organizaciones sociales (revolución francesa).

11

Fue el ideólogo de los estados modernos y de su organización social, política y económica. Y fue el inspirador de los sistemas educativos como instrumentos políticos.

Fue el ideólogo del romanticismo y de las fuerzas revolucionarias de Europa (revoluciones y luchas por la unidad) y en América (libertad de los países)

149. LA MUERTE QUE SE ASUME


Mi padre no fue un gran hombre, pero supo despedirse antes de partir. El domingo a las cinco de la mañana me desperté y no pude volver a dormir por un largo rato. Era una hora silenciosa y quieta. De marea en baja Entonces supe que, en la sala de terapia intensiva del hospital, él estaba muriendo. Que me despertaba suavemente, como cuando en las mañanas frías del colegio se acercaba a mi cama, me tocaba suavemente el hombro y me decía, en un susurro, ``Pichu...arriba´´. Y que esta vez lo hacía para despedirse.

En mi cama, en la oscuridad, no luché contra el insomnio, simplemente me despedí de él, le deseé buen viaje, le agradecí lo que tenía que agradecerle y le hice saber que, por mi parte, no había cuentas pendientes entre nosotros. Ninguna. Me dormí nuevamente a las siete y el teléfono sonó a las ocho para pedirnos que fuéramos con urgencia al hospital. Entonces le dije a Marilen: ``Mi Viejo murió hoy a las cinco y media, es eso lo que nos van a informar´´. Un par de horas después, nos entregaron un certificado de defunción que decía: ``hora del fallecimiento: 5:30´´.

Mi padre no fue un gran hombre, pero enfrentó a la muerte entero y vivo. Peleó con sabiduría, conocedor de que la batalla sería posible mientras hubiera equivalencia. Cuando sintió que ya estaba, que había hecho lo suyo, que las reglas de juego habían dejado de ser parejas, dijo basta. No lo dijo como un derrotado. Había comido una porción de las grandes (como a él le gustaban) de la vida; su último año y medio había sido de placer, de reivindicación y de buena vida. Entonces decidió que estaba a punto y murió. En su muerte, fue un modelo. Y no es poca cosa. Mi padre no fue un gran hombre. Pero murió como un señor.

Sin degradarse sin deterioro, sin corromperse, como una persona íntegra y consciente. No huyo, no tuvo miedo, llego vivo a su muerte. Y cuando lo vimos, antes de ocupar su cajón, su rostro era plácido, pacífico, como quienJustificar a ambos ladossueña sueños íntimos y felices o como quien observa deslumbrado algo que lo hará feliz pero de lo que no quiere hablar. Era, en ese momento y en ese lugar, en la morgue del hospital, nada menos, un viejo hermoso y sereno. Así nos despidió Soltándose, soltándonos.

SERGIO SINAY (2008) SER PADRE ES COSA DE HOMBRES

lunes, junio 08, 2009

148. INVOLUCION DE LA HUMANIDAD


Digna de un archivo negro del sadismo, una cascada de nuevas imágenes de torturas, que incluyen vejaciones sexuales en cárceles de Irak y Afganistán, amenaza con enviar a decenas de altos jefes militares a la corte marcial y con procesar al ex presidente George Bush y a su vice, Dick Cheney, desde 2002 el adalid del "set alternativo de procedimientos" para el interrogatorio de terroristas, de uso sistemático en la contrainteligencia desde el ataque del 9/11 hasta 2006. Si bien Barack Obama había prometido a la Unión Americana de Libertades Civiles, ACLU, que difundiría el material, esta semana el presidente decidió no hacerlo público argumentando que motivaría represalias contra las tropas todavía estacionadas en Irak. Desde hace años diversas ONGs reclaman al gobierno que abra la información sobre el uso de tormentos en los llamados "sitios negros" del sistema carcelario de ultramar. Es en estos meses, a partir de un informe de la Cruz Roja de febrero de 2007, que se conocen detalles sobre esos centros de detención extraterritorial que los EE.UU. mantienen en Irak, Afganistán, Guantánamo, Tailandia, Polonia, Rumania y Marruecos.

Más allá de sus consecuencias judiciales, las nuevas pruebas de vejaciones sacuden la conciencia y hacen pensar en un giro significativo, un antes y un después de Abu Ghraib, pero no porque incorporen métodos innovadores en el infame campo de la tortura. El umbral en cuestión es de otra naturaleza. Al repasar las fotos ya conocidas, se tiene la impresión de que distintos tabúes culturales han sido franqueados. Primero, ponen en evidencia hasta qué punto la industria audiovisual presta sus fórmulas y prácticas a la dominación del enemigo (me refiero al advenimiento de la fotografía electrónica sin soporte de papel, me refiero al lenguaje de la pornografía, a las diferencias culturales en términos de derechos civiles, que para un prisionero musulmán agravan el sadismo cuando lo ejerce una mujer, se trata incluso de un umbral en la historia del feminismo).


Muchas de las nuevas fotos, inaccesibles para las agencias pero que la semana pasada divulgó un canal de TV australiano, se agregan al expediente de doce CDs con cerca de 2.000 fotos privadas, tomadas entre octubre y diciembre de 2003 en la cárcel de Abu Ghraib, en Irak. Se trata de un verdadero estudio fotográfico sobre el sumergido mundo de la tortura física y moral de enemigos. Trascendió que el nuevo archivo contiene tomas de un soldado norteamericano en el intento de violar a una prisionera, obligada a mostrar sus pechos. Hasta ahora no se habían visto prisioneras entre los trofeos fotográficos de Abu Ghraib, aunque es sabido que en sus meses de mayor hacinamiento, cuando la colonia albergó a miles de presos, muchos de ellos no registrados ("unlogged", chupados en nuestra jerga), se contaban mujeres y hasta menores. De acuerdo con el informe del general Antonio Tabuga para una comisión especial sobre maltrato en las cárceles de Irak, de 2004, a menudo los menores eran capturados como rehenes. En otras fotos se ve a un traductor violando a un prisionero, y otras incluyen ataques sexuales con un tubo fluorescente, alambre y un horquilla de jardín. Otra vez ha sido Tabuga quien reveló esta semana el contenido del nuevo expediente. Retirado desde 2007, el general se limitó a decir que "muestran torturas, abuso, violaciones e indecencias de todo tipo imaginable" e insistió en que sólo servirán a los fines judiciales: "La mera descripción de las imágenes es abominable, créanme."

147. EL CUERPO


EL CUERPO, NUESTRO CUERPO, MI CUERPO

• Aunque cuesta creerlo y aceptarlo, tenemos el cuerpo que merecemos. El cuerpo es el reflejo de la vida que vivimos o hemos vivido. También por eso los cuerpos no son iguales y en cada caso exhiben estructuras y manifestaciones distintas: la individuación no se produce sólo en el origen, en el punto de partida, sino que se va consolidando a lo largo de nuestras vidas.

• El re-encontrarnos con los otros - después de mucho tiempo - re-unirnos con quienes hemos perdido en los laberintos de la vida, implica volver a ver a quienes exhiben lo que son y lo que han sido, la historia que han vivido, en sus propios cuerpos. Y mostrarnos nosotros frente a ellos. Somos lo que fuimos, pero también somos lo que el tiempo ha dejado impreso en nosotros, en aquello que se expone a primera vista: nuestro cuerpo.

• Tenemos la cara, el rostro, la voz que nos merecemos: somos responsables de todo eso, una responsabilidad que puede ser directa o indirecta, pero de la que formamos parte. La forma de sonreír, de darle forma a las respuestas, de afrontar las miradas o las palabras son frutos de lo que hemos decidido.

• Somos también los rastros de los que han sido antes que nosotros, la herencia de nuestros antepasados: nuestros padres moran en nuestra forma de ser, de movernos, de comunicarnos. El tiempo nos asimila a nuestro pasado: aunque corremos hacia el futuro, avanzamos también hacia el pasado y nos recuperamos como una síntesis dialéctica de lo que fuimos (de donde venimos) y lo que decidimos ser (el por-venir)

• Somos el cuerpo que tenemos. No es un cuerpo al que hemos sido condenado, como un portador extraño: es el cuerpo que nos permite ser lo que somos. Nuestras manos, nuestros labios, nuestros ojos, nuestras piernas son lo que somos. Las manos tienen los rastros de nuestras acciones, las piernas los territorios que hemos recorrido, en la piel y en los músculos han quedado aprisionado lo que vivimos.

• El cuerpo no sólo nos deja ser, no sólo nos encierra: somos él. En nuestro cuerpo están los pliegues de nuestra historia. Y basta contemplar los cuerpos, su presencia, su impúdica desnudez, para que des-cubrirnos ante los ojos de los otros y ante nuestra mirada oblicua. El cuerpo no admite engaños. Somos nuestras operaciones, nuestras cicatrices, nuestras quemaduras, nuestros hematomas, nuestras quebraduras. Somos nuestras huellas digitales, nuestras arrugas, nuestros kilos de más o de menos. Somos los dolores que ya no desaparecerán, o los dolores que ya se han ido. Los sufrimientos que han dejado sus heridas, sus cicatrices, los rictus en el rostro, los tics que no podemos controlar, los movimientos involuntarios.

• Somos el cuerpo que toma la iniciativa, el cuerpo dócil que nos obedece, pero también somos el cuerpo que se nos resiste, que ya no nos responde, que dice basta. Somos el cuerpo cargado de deseos y el otro, el que está atiborrado de hastío. Somos el cuerpo activo que hace, habla, gesticula, corre, se divierte, goza. Somos el cuerpo lleno de vida y el que se aproxima peligrosamente la muerte.

• A veces nuestro cuerpo es un barco que ha soportado todos las travesías, afrontado todas las tormentas, vencido la furia del mar y el desgaste del viento o del sol… y que necesita una bahía generosa (Benedetti) en donde reponerse, reencontrarse, tomar fuerza, afianzarse. Cuerpo cansado que llega al final de la jornada con las últimas fuerzas y que asume el descanso como estas playas a las que llega el náufrago fatigado que ha logrado sobrevivir a todas las dificultades.

• Somos – a veces - el cuerpo que se deja hacer, que se entrega: al dentista, al dermatólogo, al kinesiólogo, al que rasura o arregla el cabello, especialmente al médico que revisa, hurga, palpa, hunde sus dedos, pasa sus manos, nos da órdenes, anota, aplica aparatos, escucha, busca señales, nos desnuda, nos ordena, nos pide obediencia, nos mide, nos pesa, critica nuestro estilo de vida, ordena los alimentos, los rituales, los movimientos; y también nos anestesia, abre nuestro cuerpo, extrae, compone, sutura, extirpa, cura. El cuerpo es el que revela su interior nouménico en una radiografía, en una ecografía, en una tomografía, en un centellograma, en una endoscopía.

• El cuerpo es el que – presuroso - nos restituye y nos factura la cuota de nuestros excesos y el que se nos revela y nos entrega una enfermedad que no buscamos, una patología que no sabíamos que teníamos, un final que se dispara sólo con algunos meses de anticipación. El cuerpo es la dureza de los músculos o la flaccidez del tejido adiposo, los nervios que se tensan y la entrega generosa del placer compartido. El cuerpo son sus olores primitivos y los baños y las cremas y los perfumes y los cuidados.

• El cuerpo es el que nos avisa que los años van transcurriendo y que la edad no pasa en vano: el oído ya no llega hasta el fondo del salón, la vista se acorta para ver de lejos y se aleja para ver de cerca, no resulta fácil subir las escaleras y respirar sin agitarnos, los controles médicos nos llenan de advertencia… y no importa que nuestro interior esté lleno de vida, cuando el interior dialoga con el cuerpo, éste le recuerda que no puede, que no debe, que no quiere. Hay una lucha entre los años que avanzan y un interior que resiste. Algo que expresa con mucha claridad PHILIPS ROTH en EL ANIMAL MORIBUNDO (Alfaguara. 2002): “Para quienes todavía no son viejos, ser viejo significa que ya has sido. Pero ser viejo también significa que, a pesar de haber sido, además de haber sido y aunque hayas sido en exceso, sigues siendo. Lo que has sido está muy vivo. Todavía eres, te obsesiona tanto el ser todavía y su plenitud como el ya haber sido, lo pretérito. Considera la vejez de este modo: que tu vida esté en juego es un hecho cotidiano. Uno no puede eludir el conocimiento de lo que le aguarda dentro de poco. El silencio que le rodeará para siempre. Por lo demás, todo es lo mismo. Por lo demás, uno es inmortal mientras vive”.

• El cuerpo – en suma – nos sobrevivirá por breve tiempo, con obscena mezquindad cuando nos hayamos ido y aparezca allí inmóvil, extraño, imperturbable para quienes vengan a despedir lo que fuimos, pero lo que ya no somos.